No es la primera vez que Cristian Álvarez supone tanta felicidad en un pequeño zaragocista que acaba por hacerle saltar lágrimas de emoción. Hace poco más de un año, Malena, con 11 años, no pudo reprimir su emoción al conocer a su ídolo en una firma de fotos. En aquella ocasión fue en vivo y en persona. A Jorge Martínez, con ocho años, le sucedió tras ver el vídeo que le mandó el portero argentino el pasado jueves, cuando cumplía esa edad. Junto a su hermano Adrián y sus padres, no pudo contener el llanto tras ver la felicitación del arquero.

Con su camiseta zaragocista se dispuso Jorge el pasado jueves a ver la sorpresa que le habían preparado sus padres. “Quiero mandarte un abrazo fuerte en estos momentos especiales, de cuarentena, y sé feliz, que lo pases bien con tu familia y con quien estés. Un abrazo”. Ese mensaje le envió el portero y Jorge tras escucharlo con los ojos como platos rompió a llorar.

“No me esperaba que se echara a llorar de esa manera. Es muy sentido, muy empático por ejemplo cuando un amigo no está bien, pero no pensaba que se iba a emocionar tanto. ‘¿Es para mí?, ¿era de verdad él?, ¿cómo lo has conseguido?’, me repetía sin cesar”, explica Javier Martínez, su padre, que movió hilos para en estos días de confinamiento y de obligada estancia en casa su hijo pudiera tener un mensaje tan especial. A través de amigos llegó hasta el director deportivo del Zaragoza, Lalo Arantegui, y hasta Miguel Linares. Y fue esta segunda vía la que antes dio sus frutos. “Cuando Miguel se enteró, se lo pidió a Cristian y en menos de una hora ya tenía el vídeo”.

Jorge estudia en el Colegio Santo Domingo de Silos y desde hace un par de años juega al fútbol, ahora en prebenjamines. “Él se apuntó como portero, quiso probar ahí y le gustó mucho. Ahora ya no está siempre en la portería, va rotando y también lo hace de defensa, en el medio…”, asegura su padre. En todo caso, lo que no ha cambiado es su ídolo: “Ha sido desde el principio Cristian. Porque en los últimos tres años no hemos tenido otro portero, le he contado historias de él y le encanta su forma de ser, que es muy sacrificado y sobre todo las paradas que hace. ‘Papá nuestro mejor delantero es Cristian', me dice muchas veces y yo le contesto que tiene razón".

Javier ha sido socio más de 15 años del club y “he estado en cuatro finales, todas ganadas”, asevera con orgullo el papá, que le ha inculcado a su hijo esa pasión por el zaragocismo. “Con seis años ya estuvo en Los Pajaritos en el casi ascenso, aunque después nos eliminó el Numancia”, concluye.