"En la primera parte disfrutamos mucho". Lolo dejó claro ayer que el Zaragoza que se vio hasta el descanso frente a la Ponferradina muestra una senda. "Se veía un equipo que sabía qué hacer con la pelota, dábamos pases y sobrepasábamos líneas del rival, aunque es verdad que ese gol tan rápido nos facilitó la tarea. El equipo estuvo intenso, recuperó, hubo transiciones que hacía tiempo que no hacíamos y hubo mucha posesión. En el primer tiempo acabamos muy satisfechos, estuvimos cómodos", añadió.

Otra cosa fue tras el descanso, sobre todo en la media hora final, porque "no tuvimos el control del partido. Con un 4-0 hay que ser más inteligentes y tener la posesión más tiempo y que el rival corra. Cometimos muchos fallos al querer meter balones por dentro, ellos se cerraron bien, nos robaron y nos cogieron muy abiertos. Por ahí vino el peligro". Y no solo el peligro, sino también la quinta amarilla de Cabrera, que le hace ser baja en el Carlos Belmonte: "Esas tarjetas se pueden evitar, sobre todo la de Cabrera que viene por una contra. Hay que ser más listos".

Admite el centrocampista, reconvertido a central, que el equipo está atrás y en el medio "cogido con pinzas" por las lesiones y sanciones, pero resalta el cambio que dio el Zaragoza en el último partido, el primero de Popovic. "El míster nos está aportando tranquilidad, sabe qué hacer con el equipo y transmitir confianza y serenidad para que los jugadores saquemos lo que llevamos. Nos dice que seamos un equipo para todo".

Lolo estrenó titularidad en este curso en Copa ante el Albacete, un partido de infausto recuerdo. "Nos pintaron la cara, es el partido donde mayor impotencia hemos tenido, no vimos ni la pelota".