Luis Suárez dio el susto al tener que retirarse lesionado del terreno de juego como consecuencia de un golpe en el tobillo derecho producido por una entrada de Óscar Gil. El delantero colombiano llamó inmediatamente a las asistencias y, aunque intentó continuar, pidió el cambio poco después, cuando restaban quince minutos para la conclusión del choque. «Estoy un poco con dolor y hay que esperar a ver cómo evoluciona el tobillo. No soy una máquina, hay problemas personales que pueden afectar, pero estoy contento por ayudar de nuevo al equipo», afirmó el delantero, que aseguró estar «a muerte» con el Zaragoza pese al interés del Barcelona. «Te llena de orgullo, pero estoy centrado aquí».

Por su parte, Víctor Fernández se mostró esperanzado en que la dolencia del colombiano no revista gravedad. «Esperemos que solo sea un traumatismo. El doctor me dice que no es grave y el defensa ha entrado al vestuario a ver cómo estaba. Hemos vuelto a ver al búfalo. No puede estar siempre al máximo nivel», apuntó el técnico.

Pero, además del golpe en el tobillo, otra amenaza se cierne sobre Suárez. Y es que el delantero vio la novena cartulina amarilla de la temporada debido a una entrada a un rival muy protestada por el zaragocista y, por consiguiente, se sitúa al borde de la suspensión. Así, si ve una tarjeta en Miranda se perdería el duelo ante el Deportivo.