Se ha convertido por derecho propio en la luz del Zaragoza en esta temporada, en la clave de su espectacular reacción en los últimos meses. Íñigo Eguaras es el faro del juego zaragocista y su alto nivel no ha sorprendido a los que coincidieron con él en sus etapas anteriores, en la cantera del Athletic, en el Sabadell y en el Mirandés, estaciones de paso que fueron viendo crecer a un Eguaras que dejó Lezama sin poder debutar en el Athletic y que vivió descensos a Segunda B con Sabadell y Mirandés. El Zaragoza apostó fuerte por él, con tres años de contrato el pasado verano, y ahora es uno de los jugadores con más cartel de Segunda.

El ariete Guillermo Fernández coincidió con Eguaras en la cantera del Athletic, a la que el zaragocista arribó en infantiles. El delantero del Numancia y el mediocentro estuvieron juntos en cadetes, en el Juvenil A y B y en el Bilbao Athletic (2011-2014). Se conocen, pues, de sobra. «A mí particularmente no me ha sorprendido su crecimiento. Es un jugador que me ha gustado mucho desde que coincidimos», dice el punta del Numancia. «Al principio en cadetes no defendía tanto. En la cantera del Athletic quizá no era tan necesario, pero ahora eso lo ha mejorado mucho, ya que pasó por equipos en los que se curtió. Si con balón es de los mejores de la categoría, añadiendo eso... casi nada», dice.

Guillermo se centra sobre todo en la capacidad de Eguaras con el balón, un aspecto que siempre ha tenido su fútbol. «Tiene un buen manejo de balón, es un futbolista vertical, que mira hacia delante, que sabe llevar el ritmo. Para mí, lo mejor es la toma de decisiones. Normalmente, por no decir casi siempre, acierta. Es muy seguro», asevera.

En esa camada de Lezama había otros centrocampistas comos los exzaragocistas Galarreta y Erik Morán, que sí llegaron a debutar en el Athletic. Eguaras no lo hizo y en 2014 quedó libre para irse al Sabadell. «Para jugar en el Athletic hace falta la pizca de suerte en momentos determinados, pero por nivel no fue. Íñigo desde luego que lo tenía. Para mí es de los mejores medios de Segunda, de los más completos. Es un jugador de Primera, lo veremos ahí», afirma Guillermo.

Al Sabadell llegó en una temporada convulsa, con cuatro entrenadores y con un descenso a Segunda B. El último de esos cuatro técnicos fue Juan Carlos Mandiá, en las 18 últimas jornadas. Empezó contando poco con Eguaras, pero en la recta final fue un fijo, jugando de titular los últimos 12 partidos: «Cuando nosotros llegamos al Sabadell era prioritaria la idea de encajar menos goles. A Íñigo le pedía apretar en situaciones defensivas y le insistía mucho en no ser desbordado. Creo que maduró en esa época y se hizo más completo», relata Mandiá, que ve al zaragocista en un gran momento: «Está en la línea del equipo, se le ve con confianza y seguridad y creo que se siente importante en el engranaje, por lo que está siendo muy eficaz».

Para Mandiá, la gran virtud de Eguaras es que «es muy bueno en el primer pase, en los envíos rápidos a la gente ofensiva para romper líneas del rival, en los pases a jugadores en zonas interiores, en los cambios de orientación...», explica, para añadir después: «Está ayudando mucho a la buena dinámica del equipo, pero se beneficia también de ella. Jugando en el rombo no es un pivote defensivo, aunque sí tiene buena colocación y sentido táctico. Nosotros lo llegamos a poner también de interior por dentro o puede jugar en el doble pivote y llegar también al área, porque posee un buen golpeo a puerta».

ASUMIR GALONES

En el Mirandés estuvo Eguaras dos cursos (15-17), con Carlos Terrazas en el banquillo en el primer año y medio y con Jesús Seba como director deportivo desde diciembre del 2016. «Su año está siendo como el del equipo y ahora ha madurado, ha crecido y no se entiende el Zaragoza sin Eguaras. Dio el paso y asumió ese rol de jefe en el medio, de organizador», dice Seba.

El exdelantero zaragocista cree que el sistema de Terrazas en el Mirandés, que acabó bajando en junio pasado, dejaba a Eguaras «más desasistido y expuesto». Ahora, con la escolta de Zapater y Guti está más protegido. «No es un jugador rápido, pero sí ha adquirido la madurez táctica para saber colocarse bien, para leer los partidos. Su fuerte es la distribución de balón. De su nivel hay muy pocos en Segunda en esa faceta. Eso sí, en Primera hay que verlo un tiempo, las categorías están para algo y no es fácil dar ese salto», concluye.