Héctor Hernández es para sus amigos de Valladolid (23-05-91) el ‘Litri’. También para el mundo del fútbol en general. "Con ‘Litri’ me he quedado tanto que hay muchos que no saben ni mi nombre”, asegura este lateral izquierdo del Numancia que llegó en el 2009 a la cantera del Zaragoza, cuando estaba de coordinador Ernesto Bello para jugar en el Juvenil que entrenaba entonces Ander Garitano y se quedó hasta el 2013. Le dio tiempo a debutar en Primera con el Zaragoza, un estreno el 10 de febrero del 2013 que no olvidará, con Manolo Jiménez de técnico, y con derrota (1-2) ante la Real Sociedad.

“Como para olvidarlo. Claro que me acuerdo de lo que pasó, fueron dos tarjetas en 22 minutos. Era un 'pipiolín', un juvenil por así decirlo, y me vino muy bien esa expulsión para aprender. Entré con demasiado ímpetu y creo además que es la única vez que me han expulsado en mi vida. Tuve que medirme con Carlos Vela en aquel partido y no era 'moco de pavo', pero está claro que de los errores aún se aprende más”, recuerda el lateral vallisoletano, que había ya disputado unos minutos en el Trofeo Puchero ante el Alcorcón en septiembre. Frente a la Real, la lesión de larga duración de Obradovic, la baja de Abraham y la ubicación de Paredes como central le dieron la oportunidad de estrenarse en La Romareda.

Aquí, en el Zaragoza, compartió vestuario a las órdenes de Garitano, Larraz, Álex Monserrate o Solana, además del propio Jiménez y dejó muchos amigos. “Es que me pegué allí cuatro años de mi vida, hasta los 22. Era mi primera experiencia fuera de casa y le guardo un especial cariño al Zaragoza. Guardo muchas amistades de aquellos cuatro años. De hecho este sábado van a ir a verme algunos con los que jugué allí: Alberto Úbeda, Álex Sánchez, que acaba de llegar de Australia y se va al Tudelano, Adriá de Mesa, que se va al Melilla, o Hugo Gistau”.

Después, en el 2013 y tras el descenso se marchó al filial de la Real Sociedad y llegó a hacerse un hueco en el primer equipo antes de salir cedido al Granada y al Alavés, donde “una lesión en la rodilla 'me mató' en la 17-18. Estuve casi todo el año sin jugar. Eso pasa factura”. Dejó el equipo donostiarra en el verano del 2018 y firmó por el Tenerife y este verano lo ha hecho por el Numancia: “Necesitaba esto, un club humilde, estar a gusto y jugar. Este club responde a todo eso a la perfección. De hecho, la clave de nuestro éxito es la humildad, el remar todos en la misma dirección, todos a una, con un vestuario de diez y un cuerpo técnico que está perfectamente integrado con el grupo”.

En Soria y con una fractura de mandíbula en octubre que le dejó mes y medio fuera es fijo para Luis Carrión, que le ha puesto en el once siempre que ha estado disponible. También lo será ante el Zaragoza, un equipo al que conoce bien, porque “suelo ver a todos mis exequipos, por amigos, excompañeros y por gente que conoces. Lo sigo bastante. Veo un buen bloque, con opciones de subir, pero no debe confundirse. Está bien y espero que después de nuestro partido le vaya fenomenal. Ojalá suban, pero deben ir con tranquilidad y todos a una. Esa afición, cuando todo va bien, está siempre ahí, pero si vienen mal dadas empiezan los pitidos en el minuto 10. Creo que en ese error no deben caer”.

Del Zaragoza se queda con cuatro jugadores. “Destaco a Luis Suárez por los goles, Puado ha sido un fichaje estupendo y en el medio me gusta mucho Eguaras. Además, Cristian para mí es un pilar”, asegura, sabiendo que su rival en la banda será Soro. “Ya me he enfrentado a él y sé cómo anda”, destaca. No se amilana el 'Litri', que a sus 28 años ya ha pisado la élite y completa un buen currículum deportivo. "Nunca quise ser torero, me gustan solo como espectador”, añade, confiando en sus posibilidades para volver a la élite en un futuro. “Los límites y los techos que tenga no me preocupan, voy día a día y lo que tenga que venir vendrá”, concluye.