Ahora que ya han pasado unos días desde que logró junto a su hermana Majo el Adeslas Open, ¿cómo se siente?

Estamos muy contentas y felices porque ha sido un título muy trabajado. Desde que salió el cuadro vimos que teníamos partidos muy duros desde primera ronda y no solo estamos contentas por ganar el torneo y a las parejas de arriba, también por el juego que hemos desarrollado. Hemos encontrado otra vez esa versión que nos caracteriza como Gemelas Atomikas, así que muy felices.

La temporada pasada, en Menorca, ya pudo saborear de nuevo las mieles del éxito, pero después de este año tan atípico, ¿ha sido una liberación vencer el primer torneo del curso?

El año pasado es verdad que ganamos un torneo, pero no estaba bien del todo y fue más por lucha y entrega. Quizá vino un poco de casualidad, pero en este torneo nos hemos reencontrado con nosotras mismas, con nuestro juego. Ya estoy prácticamente al 100%, con el hombro muy bien y muy recuperada. Necesitaba verme jugando a este nivel para coger confianza y olvidarme un poco de todo, del miedo que quizá el año pasado sí que tenía. Y a todo esto se ha sumado la pandemia, que lo hecho todo más difícil.

¿Está ya cerca de alcanzar su mejor nivel?

Sí. Prácticamente estoy al 100% recuperada, por no decir que estoy ya al 100%. La pandemia también me vino muy bien para seguir trabajando el hombro en casa y ahora mismo, cuando me meto a la pista, no voy con miedo ni me preocupo de si me duele porque lo tengo olvidado. Por suerte solo me tengo que centrar en el juego, en lo que queremos llevar a cabo, y eso es una liberación.

El pasado domingo, tras ganar, aseguró que habían hecho mucho equipo. ¿A qué se refería y qué importancia le da?

El día de la final empezamos regular, pero no porque tuviéramos malas sensaciones, sino porque veníamos un poco cansadas de los partidos anteriores, porque tuvimos menos descanso y una ronda más que nuestras rivales. Hicimos mucho equipo entre los tres (Mapi, Majo y Jorge, su entrenador) porque a veces, aunque estés cansada, hay que tirar de corazón, garra y usar otras armas.

¿Qué significa para usted vencer torneos después de todo el sufrimiento que ha vivido desde la lesión de hombro?

Es muy satisfactorio, más que nada porque no solo es ganar, es verme en plenas condiciones, como antes de la lesión. Después de pasarlo tan mal ves que todo tiene su recompensa. He luchado para poder volver a mi mejor nivel y ver que lo he conseguido es una satisfacción, igual que poder ayudar a mi hermana.

¿En algún momento de su recuperación llegó a temer no volver a ser la Mapi de antes de la lesión?

Sí. Temí no volver jugar a pádel. Fue muy duro porque hubo complicaciones postoperatorio en cuanto a que se me crearon adherencias y perdí mucha movilidad en el hombro. Hubo un momento en el que solo quería recuperar la movilidad del brazo como una persona normal y dudé hasta de volver a jugar, o sea que ya ni le digo lo de volver a tener este nivel.

¿Cómo ha vivido toda la situación derivada del coronavirus? Era una temporada ilusionante que se tuvo que detener en seco.

Empezamos la campaña con mucha ilusión por hacerlo bien y volver a estar a nuestro mejor nivel, pero es verdad que el primer torneo, en marzo en Marbella, no fue del todo bien. Nada más acabar nos pusimos a entrenar para el siguiente, para Vigo, y fue cuando pasó todo. Me ha ayudado bastante el tema de mi lesión porque estuve varios meses fuera de la competición y era algo que ya había vivido, aunque de otra manera. Me centré simplemente en fortalecer el hombro para cuando volviésemos no se resintiese.

¿Cómo se las apañaron para entrenar?

En casa y como puedes. Al final es más un trabajo de mantenimiento más que de mejora física. Trabajaba día a día aunque era duro por estar sola en casa, se necesitaba fuerza de voluntad. Los entrenamientos eran más de fuerza e intentar perder lo menos posible la capacidad aeróbica porque no se podía salir a correr.

¿Cómo fue el primer día en el que pudo coger una pala?

Estábamos fallonas, pero en ese momento se fallaba con una sonrisa en la cara porque todo era bueno. Tuvimos las dos hasta ampollas en la mano, que no nos había pasado nunca. Estábamos como dos niñas con un caramelo.

¿Qué objetivos se marca en esta temporada tan atípica?

Nosotras siempre decimos que no nos marcamos objetivos resultadistas ni de número de ránking, la posición que alcancemos va a ser resultado del trabajo del día a día. Si te dejas la piel, los resultados llegan. Buscamos alcanzar nuestro máximo nivel, que vamos por el buen camino, y disfrutar las dos juntas en la pista como antes de la lesión.

Da la sensación de que este año ganar torneos en el circuito femenino está más caro.

No te puedes relajar porque en primera ronda te puedes ir a casa. Ha habido cuatro torneos y en todos ellos ha habido cuatro parejas ganadoras diferentes y cada partido es una final prácticamente. Está muy luchado y están saliendo parejas jóvenes y nuevas que están dando mucha guerra.