Después de tres partidos en el banquillo del Real Zaragoza, Iván Martínez todavía no ha conseguido la victoria. De hecho, todo han sido derrotas y en todas el equipo había comenzado ganando y fue remontado por sus rivales. El técnico fue duro con el equipo. No con los once jugadores de inicio, si no con lo que pasó a partir del minuto 70: «Hay que ganar con actitud hasta el minuto 95, no hasta el 70», porque así «no da para ganar».

En este sentido, Martínez explicó que «en los cambios del Rayo entran jugadores frescos de gran calidad», mientras que los del conjunto aragonés fueron «por necesidad física», había que dar relevo a algunos como Juanjo Narváez y Vigaray, para que sus molestias físicas no desencadenasen en lesiones más graves. De los que entraron tuvo buenas palabras para Nieto, un lateral que, según el preparador, el equipo «necesita ya» y lo sacó para que «Chavarría se adelantase y aprovechar su velocidad».

Sobre el Toro aseguró que «ha tenido otra actitud y ha aportado más que en otros partidos» y sobre los demás no tuvo palabras. Y recalcó que «no es normal que a un equipo le remonten tres partidos». En este sentido, Iván Martínez se va «preocupado por los resultados pero esperanzado porque a la actitud, el compromiso y el carácter del equipo de inicio no se le puede reprochar nada».

«Lo peor del partido es el resultado, hay que ganar y sumar», declaró y añadió, de nuevo, que «las cosas que salen bien hay que hacerlas durante 95 minutos y no durante 70». Y, otra vez, insistió en la última parte del encuentro: «No se ha sostenido el equipo durante los últimos minutos». Desde el banquillo el entrenador veía que el equipo estaba bien tras pasar por vestuarios y aclaró que no es que ellos se echasen atrás, sino que fue el Rayo quien presionó desde arriba. Por eso, aseguró, no hizo los cambios antes.

El partido de este domingo es exigente, contra el Espanyol, pero Martínez apostilló que «cualquier partido es muy difícil, si no estás con los seis sentidos en el campo no vas a ganar». Por lo tanto, no importa tanto el rival, sino la actitud del equipo. «Hay que seguir en el camino, el juego se ha visto diferente, pero hay que cambiar los resultados, mantener la portería a cero y materializar las ocasiones», afirmó confiando en su idea. Sobre su compromiso aseguró que es «un hombre de club» y que se debe a su trabajo, por lo que no va a persistir en la labor de sacar adelante esta situación.