Se empeñó el Zaragoza en regalarle un punto al Sabadell y lo logró. Un penalti tan claro como evitable de Chavarría y otro mal tirado por Narváez condenaron a un equipo aragonés al que le bastaron un par de minutos para echarlo casi todo a perder. Fue mejor que el Sabadell y mereció la victoria, pero el fútbol no suele perdonar al que perdona. Así que el castigo es bien merecido para un Zaragoza que, si bien continúa en un proceso de clara mejoría y que nada tiene que ver con el de hace apenas unas semanas, debe aprender la lección.

La pérdida de dos puntos duele en el alma porque comienza a resultar harto difícil meterle mano a un Zaragoza que cada vez se siente más seguro. Ha cambiado todo tanto en tan poco tiempo que el equipo parece otro. En verdad, lo es. Nada que ver con aquel grupo frágil, pusilánime e incapaz, carente de personalidad e identidad. Aquel Zaragoza perdía siempre merced a su extrema debilidad en las dos áreas. Al principio llegaba poco y no marcaba nunca, pero el rival siempre acertaba, generalmente, aprovechando un error defensivo. Ahora es al revés. Al Zaragoza le llegan poco y apenas falla. Derroche de seguridad y solvencia atrás y eficacia arriba. También en la estrategia, ese arma mortal que le desangraba y que ahora es una seria amenaza para el oponente. Otro Zaragoza, sí. Infinitamente mejor. Hasta los últimos veinte minutos del duelo de anoche en Sabadell, donde recuperó aquella vieja costumbre de regalar al otro la vida que a él no le sobra.

Empezó en el habitual 4-1-4-1 con Narváez tirado a la izquierda, pero el colombiano duró poco ahí porque el técnico le mandó más al centro para colaborar en dificultar la salida de los catalanes, con tres centrales, y conceder, de ese modo, la banda derecha a Víctor. El movimiento disponía al Zaragoza durante muchos minutos en una especie de rombo en el que James debía emplearse a fondo para echar una mano a un superado Chavarría, que también se las tenía que ver con Stoichkov, que, listo él, caía a banda a buscar las cosquillas de un Zaragoza, en todo caso. serio y solvente.

De hecho, las primeras ocasiones fueron para los aragoneses. Alegría tuvo la primera en un remate franco que salvó Mackay, aunque el árbitro había anulado el remate por falta previa a Grego. James, con un disparo lejano, avisó al meta local de lo que se le venía encima. A la media hora, una buena combinación entre Narváez y James concluyó con un remate a bocajarro del nigeriano, que, con todo a su favor, estrelló el balón en el meta del Sabadell. Sin embargo, el consiguiente saque de esquina, botado magistralmente por Bermejo, fue rematado a gol por Jair, que se adelantó a Jaime.

El tanto serenaba ánimos a un Zaragoza que, sin embargo, seguía sufriendo por su izquierda. Hidalgo deshizo los tres centrales y mandó a Rubio al lateral, lo que propició que JIM enviase a Narváez otra vez al costado. Pero ese costado fue siempre un problema. Incluso cuando el técnico alicantino, antes de alcanzar el primer cuarto de hora de la reanudación, recurrió a Nieto para conformar un doble lateral. Víctor y Stoichkov traían por la calle de la amargura a un Zaragoza que dio un paso atrás.

Esconder los brazos en el área cuando dispara un rival se enseña en las escuelas. Pero Chavarría olvidó la lección cuando Guruzeta ensayó desde lejos. El árbitro no vio penalti, pero el VAR le sugirió una revisión que culminó en la señalización de la pena máxima que Stoichkov convirtió en gol.

Pero, nada más sacar de centro, el Zaragoza, en una magnífica huida de la presión pretendida por el Sabadell, se encontró con un penalti de Undabarrena sobre Narváez que parecía devolver las cosas a su sitio. Sin embargo, el colombiano ejecutó mal y Mackay no tuvo que estirar demasiado el brazo para evitar el gol.

En otra ocasión, el doble error habría hundido al Zaragoza. Pero este no es aquel. Quedaba tiempo y JIM mandó a los suyos hacia arriba en busca de un triunfo esencial. El Sabadell, refugiado en el delicioso punto, esperaba para salir rápido a la contra y en una de esas Ratón intervino para evitar el tanto de Hernández. JIM, en otro movimiento extraño, apostó por Azón y Toro en el 91. Tarde. El Zaragoza suma y sigue, pero anoche no le salieron las cuentas.

Sabadell: Mackay; Óscar Rubio, Jaime, Grego Sierra; Víctor, Undabarrena, Boniquet (Adri Cuevas, min.75), Pierre (Heber, min.62); Alvaro (Guruzeta, min.62), Juan Hernández, Stoichkov (Aarón Rey, min.86)

Zaragoza: Ratón; Chavarria (Zanimacchia, min.84), Jair, Francés, Vigaray; Igbekeme (Nieto, min.58), Francho, Eguaras, Bermejo (Sanabria, min.84); Narváez (Azón, min.90), Alegría (Fernández, min.90)

Goles: 0-1, min.32: Jair: 1-1, min.71: Stoichkov (p);

Arbitro: Gálvez Gascón (Comité madrileño). Tarjeta al local Grego Sierra (min.55) y al visitante Bermejo (min.25).