La incertidumbre se ha instalado en el Real Zaragoza en este final de temporada. A la cuestión todavía por resolver de cómo acabará el curso, si con o sin ascenso, se suma ahora todo lo provocado por la suspensión del Deportivo-Fuenlabrada. Un hecho que afecta directamente al conjunto de Víctor Fernández por dos motivos, porque no sabe aún contra quién jugará la primera eliminatoria por el ascenso, si ante el Elche, actual sexto, o contra el propio Fuenlabrada, y porque tampoco conoce todavía cuándo podrá disputarse esa ronda. Primero tendrá que resolverse qué sucede con ese encuentro aplazado entre madrileños y gallegos, decisión que aún no está tomada. Todo esto tiene ventajas e inconvenientes para el Real Zaragoza. En el lado positivo de la balanza, el tiempo que gana el conjunto aragonés para rearmarse y recuperar jugadores. En el negativo, la incertidumbre de no saber fechas ni rival y no poder tampoco planificar la próxima temporada.

1 Tiempo de descanso y reactivación

El Real Zaragoza ha ganado algo valiosísimo: tiempo. De tener tres días para preparar el primer duelo de la primera eliminatoria del playoff a disponer de, en principio, dos semanas para afrontar esa fase de ascenso, aunque desconozca aún contra quién. Catorce días para que la plantilla descanse, los tocados se recuperen y lleguen mejor físicamente y, sobre todo, para recomponer el ánimo de un equipo decaído tras los malos resultados de esta parte final de la temporada. Para hacer ese reset que reclamaba el director deportivo, Lalo Arantegui, en su última alocución pública.

El Real Zaragoza ha sido de los peores equipos de Segunda después del confinamiento, con resultados cada vez más sangrantes conforme se acercaba el final. El equipo aragonés pasó de ser segundo y tener un colchón de cinco puntos con el tercero a tener que asegurar su plaza en el playoff. Hasta hace nada era un equipo roto al que, como también dijo Víctor Fernández, muchos daban ya por muerto. Ahora se le presenta una nueva ocasión de resucitar, una bala más para ascender. En este tiempo podrá limpiar la mente y afrontar con más garantías esa fase final, la tercera que va a disputar en estos siete oscuros años en Segunda División.

2 Poder recuperar a los lesionados

El tiempo también vale para otra cosa fundamental: recuperar lesionados. Lo dijo el propio Víctor Fernández tras el duelo ante el Fuenlabrada, que confiaba en que Guitián y El Yamiq, de baja por una fisura en el calcáneo y una rotura en el aductor, respectivamente, pudieran participar ya en la primera eliminatoria. De haberse mantenido el calendario inicial, no hubieran estado disponibles para mañana y, como mucho, se les esperaba para los partidos decisivos. El Real Zaragoza se ha visto especialmente castigado por las lesiones, sobre todo después del confinamiento, periodo en el que hasta once jugadores han sufrido lesiones o problemas físicos. Los de Guitián y El Yamiq resultaron los más problemáticos porque les obligaron a perderse varias jornadas y porque dejaron en cuadro el centro de la defensa aragonesa. Ahora Víctor contará con más alternativas para tan delicada zona, en la que los errores se han sucedido jornada tras jornada.

Pero además de ellos hay otros a los que les va a venir muy bien el parón para recuperarse. Por ejemplo, a Raúl Guti y a Luis Suárez, que han llegado muy justos por sendos problemas en el tobillo. De hecho, el zaragozano descansó el lunes para, precisamente, llegar más fresco al encuentro que iba a disputarse mañana y el colombiano ha tenido que jugar infiltrado varias jornadas. Además, Víctor Fernández tiene las bajas de James Igbekeme por problemas en el pubis y de Javi Ros, que tuvo que ser operado de la rotura del menisco externo de su rodilla.

3 La incertidumbre sobre fechas y rival

En el lado negativo de esta situación tan atípica en un año tan extraordinario se encuentra la incertidumbre. Hasta el lunes, el Real Zaragoza sabía que tenía un partido el jueves y otro el domingo ante un rival por determinar en función de la clasificación final de Segunda y, que si superaba esta primera ronda, le esperaba la final por el ascenso los días 29 de julio y 2 de agosto. En dos semanas iba a saberse si el equipo aragonés regresaba, o no, a la Primera División. Ahora todo se dilata.

A la espera de ver cuándo se puede disputar el Deportivo-Fuenlabrada, las fechas que maneja la LFP para dar comienzo al playoff arrancan cuando debía terminar, el 2 de agosto. En principio, los encuentros se disputarían los días 2, 5, 8 y 11 de agosto. Además, el Real Zaragoza tampoco conoce otra cosa fundamental: contra quién se jugará esa primera eliminatoria, si frente al Elche, sexto ahora mismo, o ante el propio Fuenlabrada, que necesita un punto para arrebatarle ese puesto al conjunto ilicitano. Esto supone que Víctor Fernández no puede preparar específicamente esos duelos, al no conocer el rival. Lo único seguro es que, como tercer clasificado, el Real Zaragoza cuenta con dos privilegios, el segundo partido se disputará en La Romareda y, en caso de empate final, se clasificará por su mejor puesto en la Liga. En la promoción sí se disputa prórroga en caso de ser necesaria en el encuentro de vuelta pero no hay penaltis.

4 La planificación queda en el aire

Hay otro inconveniente de toda esta situación que afecta al futuro del Real Zaragoza. Y es que la temporada va a alargarse todavía más de lo previsto, lo que supone un problema a la hora de planificar el próximo curso. Entre otras cosas, porque el club no sabe todavía en qué escenario competirá la temporada venidera, si en Segunda o en Primera, con las sustanciales diferencias que eso conlleva tanto en el plano deportivo como en el económico. El club no puede avanzar ni en la confección total de la próxima plantilla ni en otras cuestiones como el calendario de pretemporada.

El presidente de LaLiga, Javier Tebas, anunció a finales de mayo, cuando aún no se había reanudado la competición, que confiaba en que la temporada 2020-21 comenzara el 12 de septiembre. De mantenerse esas fechas, el Real Zaragoza dispondría de un mes para dar salida y fichar a los jugadores que considere para armar su equipo y para hacer una pretemporada, lo que supondría que los futbolistas que continuaran no tendrían descanso.

Solo un ejemplo. El equipo aragonés comenzó a trabajar este curso que aún no ha terminado el 11 de julio del 2019 para comenzar la Liga el 17 de agosto contra el Tenerife. Víctor Fernández dispuso de seis semanas de preparación. Una más de las que habría ahora solo entre el final de un año deportivo y el comienzo del siguiente si se mantienen las ideas tanto de terminar este curso el 11 de agosto como de empezar el siguiente el 12 de septiembre. Algo que, no obstante, tampoco es todavía definitivo.