El Zaragoza no logra desprenderse de esa vitola de equipo perdedor que le persigue durante toda la temporada. El equipo aragonés es, junto al Castellón, el que más derrotas (12) ha sufrido hasta ahora en las 22 jornadas disputadas, lo que supone que pierde más de la mitad de los encuentros que juega y, en la mayoría de las ocasiones, cae por la mínima.

Hasta siete de esas doce derrotas que acumulan ya los aragoneses han sido por 1-0, lo que le convierte en el equipo que más veces ha sufrido ese marcador, por delante de Alcorcón (6) y Castellón (5). Además, ese resultado siempre se ha dado fuera de casa (en Almería, Leganés, Miranda de Ebro, Tenerife, Castellón, Gijón y Albacete). Así, ese ha sido el marcador más repetido en los desplazamientos de un Zaragoza que solo obtuvo otro diferente en los dos empates (sin goles en Alcorcón aunque la alineación indebida de los alfareros le dio el partido por ganado 0-3, y a un tanto en Cartagena) y en las derrotas en Barcelona ante el Espanyol (2-0) y en Ponferrada (2-1).

Semejante acumulación de derrotas por la mínima evidencia, por un lado, la falta de gol de un equipo incapaz de igualar a pesar de disfrutar de ocasiones para ello. La muestra más evidente fue la falta de puntería mostrada el pasado viernes, cuando el Zaragoza estrelló hasta cuatro balones en la madera de la portería del Albacete. En otras ocasiones, sin embargo, la derrota llegó sin apenas disfrutar de oportunidades para evitarla. Ese problema a la hora de generar peligro fue flagrante, sobre todo en la etapa de Baraja al frente del equipo.

Asimismo, ese 1-0 tan repetido deja en evidencia la falta de carácter de un Zaragoza que no ha sido capaz de remontar un partido en toda la temporada. Y eso que, ante el Girona (2-2) logró igualar una desventaja de dos tantos en los últimos minutos del choque, pero nunca ha podido completar una remontada. De hecho, si encaja primero casi siempre pierde.

La gran rémora

Claro que tampoco adelantarse le lleva directamente a la victoria. Sí lo hizo en los cuatro triunfos conseguidos en el campo (en casa ante Albacete, Lugo, Fuenlabrada y Logroñés), pero no fue capaz de retener su ventaja ante Oviedo (1-2) o Rayo (1-2). Ni en El Toralín contra la Ponferradina (2-1).

La rémora, en todo caso, es sustancial para una escuadra incapaz, generalmente, de levantarse cuando recibe el primer golpe. Y so que el Zaragoza no está mostrando una extraordinaria fragilidad defensiva ni está encajando un intolerable número de tantos. De hecho, los 22 goles recibidos en las 22 jornadas disputadas (una media de un gol por choque) suponen la mejor marca de las cinco últimas temporadas.

La pasada campaña, el equipo aragonés acumulaba ya 24 tantos recibidos, mientras que hace dos la cifra se elevaba a 30. En la 17-18 eran 26 y un año antes, 31. Sin duda, el problema está arriba, donde las 14 dianas suponen uno de los peores registros de toda la historia de la entidad.