Para bien o para mal las pretemporadas no deben servir para sacar muchas conclusiones definitivas, pero sí es cierto que en el choque de esta tarde ante el Girona, en el último amistoso antes de debutar el próximo sábado contra Las Palmas, el Zaragoza de Baraja ofreció una mejor cara, lo que no era difícil, más competitivo y sobrio atrás, con algo más de llegada, aunque sin presentar un claro avance en el aspecto futbolístico, con tramos muy irregulares en el juego en un duelo en el que fue de más a menos, con una primera parte de mayor ritmo y fútbol y una segunda donde los muchos cambios y el paso de los minutos devaluaron un pleito que decidió Vuckic (1-0) gracias a un regalo de Granell al cuarto de hora de la segunda mitad. Es, por cierto, el único gol zaragocista en tres citas amistosas y vino precedido de un claro regalo.

El ensayo era el más serio de la pretemporada, lo que se notó en que Baraja no empezó a rotar hasta bien entrada la segunda parte y su guion dio pistas en lo que se podrá ver en el debut liguero. Con Atienza, que no fue sustituido, y Guitián en el eje, si no se recupera Jair, con Nieto como lateral todo el partido o Javi Ros junto a Eguaras en el medio. Arriba, a la espera del Toro, Vuckic se situó junto a Narváez, con Buyla en la banda derecha y Lasure, de indescifrable verano en la rampa de salida, en la izquierda.

El caso es que el Zaragoza salió mejor, infinitamente mejor que ante el Getafe y por supuesto que ante el Nástic, con el 4-4-2 marcado, con la presión alta y con mucho recurso por el balón en largo, desde Cristian Álvarez o desde los centrales. Con más brío y con una buena conexión entre Lasure y Narváez, el Zaragoza avisó primero con un centro del canterano, que después puso un balón delicioso a la volea de Narváez para que se luciera Muric.

El Girona, mucho más por hacer aún en los refuerzos que el Zaragoza, despertó de la mano del carácter de Samu Saiz, pero el partido estaba en las botas de Narváez, todo un dolor de cabeza para Ramalho. Kebe, de buen trabajo siendo la sombra de un Eguaras todavía en nivel bajo, se lesionó pero el Girona iba de crecida y niveló el pleito. Buyla aparecía por el carril diestro, pero sin sentirse cómodo con el balón y fuera de su sitio, mientras que un envío de Samu Saiz a Pablo Moreno, que dejó detalles de ese talento que le llevó al City, provocó la buena salida de Cristian Álvarez.

Aun así, el primer acto acabó con otro remate de Narváez, tras dolerse antes de su tobillo, que atrapó Muric. El colombiano era un incordio arriba, cuerpeando bien y encontrando caminos en la defensa del Girona. Su capacidad ofensiva y la mejoría en la sobriedad atrás fueron los apuntes positivos de una primera parte que el Zaragoza mereció acabar ganando, aunque no lo hizo, pero al menos sí pudo esbozar la tímida sonrisa que da la mejoría.

Tras el descanso, sin cambios en ningún equipo, otra clara señal de que era el ensayo más general de ambos, el Girona avisó con un mal remate de Valery tras un error de Nieto y con un peligroso centro de Franquesa que no encontró rematador. Se nota que el conjunto catalán tiene imperiosa necesidad de reforzarse en ataque, mucho más con la salida que se espera de Stuani, que como Guti tampoco jugó en este amistoso.

Vuckic despertó tras el descanso y una buena jugada suya acabó en un disparo alto de Ros, mientras que Eguaras reclamó un penalti tras un remate después de la única penetración potable de Vigaray a lo largo de todo el partido. Ambos, Eguaras y Vigaray, son clave en este Zaragoza y están a años luz de lo que pueden aportar. El Girona, ante la falta de pólvora zaragocista, decidió regalarle el gol tras su primer carrusel de cambios. Granell se equivocó en el pase y dejó solo a Vuckic, que regateó a Juan Carlos y marcó a placer (m.63).

Llegan los cambios Tras el gol, Baraja ya movió el banquillo. Entraron Clemente, Adrián, Baselga y Chavarría, que se situó de interior y con interesantes aportaciones. Después lo harían los canteranos Francés, Francho y el debutante Jaime Sancho, y también Zapater, para que el Zaragoza se situara con un 4-2-3-1. Solo un pequeño despiste de Clemente ante Saiz puso en peligro la victoria, pero no llegó un empate que por méritos del Girona habría sido injusto. El Zaragoza, sin alardes, fue un punto superior y encontró un pequeño bálsamo a su gris pretemporada de cara al inminente comienzo de la Liga.

Ficha técnica:

Real Zaragoza: Cristian Álvarez, Vigaray (Francés, m.76), Guitián, (Clemente, m.65), Atienza, Nieto; Eguaras (Zapater, m.76), Javi Ros (Adrián, m.65), Nick Buyla (Francho Serrano, m.76), Lasure (Chavarría, m.76), Vuckic (Jaime Sancho, m.76) y Juanjo Narváez (Baselga, m.65)

Girona: Muric (Juan Carlos, m.60); Jordi Calavera (Maxi Villa, m.75), Bernardo, Ramalho (Alcalá, m.60), Franquesa (Ferrán, 75); Gumbau (Diamanka, 60), Ibrahima Kebe (Granell, m.27); Valery (Galler, m.60), Jairo (Joel Priego, m.75), Samu Saiz (Turmo, m.75) y Pablo Moreno (Zeballos, m.60)

Gol: 1-0, m.63: Vuckic recorta a Juan Carlos tras un fallo de Granell.

Árbitro: Daniel David Baiges (Comité Aragonés). Amarilla a Buyla (m.55)

Incidencias: Partido amistoso disputado en La Romareda. Tímida lluvia en algunos momentos de la primera parte.