Llegó el 30 de junio, una fecha marcada en el calendario futbolístico. Es el día que marca un punto y seguido en el mercado de fichajes por la finalización de los contratos de los futbolistas. La planificación deportiva siempre está en movimiento, nunca para y está en plena efervescencia en esta época estival. La ciudad de Zaragoza está inmersa en una ola de calor que, paradójicamente, choca con la situación de la plantilla que defenderá la temporada que viene al Real Zaragoza, porque se está cocinando a fuego lento.

Hay atasco en las llegadas y en las salidas. El mercado requiere un periodo de maduración, una especie de efecto dominó de oferta y demanda de jugadores que va desencadenando las operaciones, pero necesita tiempo y especialmente en Segunda División debido a las estrecheces económicas que afectan a la mayoría de clubs, a la necesidad de esperar a la planificación de conjuntos de superior y a la búsqueda de una opción prioritaria. Y en el caso del Real Zaragoza, las dificultades se acentúan.

Faltan 12 días para que el conjunto blanquillo comience la pretemporada y el deseo de cualquier entrenador de tener a la mayoría de su equipo ya definido desde el comienzo de los entrenamientos está muy lejos de ser una realidad. En el apartado de fichajes, el club aragonés solamente ha firmado a Bikoro en propiedad y a Luis Suárez cedido, ya que Mingotes saldrá a préstamo. En cuanto a las salidas, Lalo Arantegui puso el cartel de transferibles a cinco jugadores con contrato en vigor, pero solamente Alberto Benito y Diego Aguirre han hecho las maletas, rumbo al Albacete y Apollon de Chipre respectivamente. Y para más inri, la siguiente marcha será, casi con toda seguridad, la del canterano Soro rumbo al Real Madrid a cambio de una cifra que rondará los 2,5 millones de euros. Eso sí, el club blanquillo está peleando para que el ejeano se quede cedido una temporada más, como sucedió en el caso de Vallejo.

SUEÑOS INALCANZABLES

Álex Muñoz, Verdasca, Pombo y Raí son los otros cuatro jugadores a los que se les invitó a salir y que, de momento, no han traído ofertas que satisfagan al club blanquillo. El Zaragoza quiere sacar tajada por ellos de algún modo y no regalarles, lo que propicia que sus marchas, salvo que el club acabe cediendo, se estén demorando.

En el caso de las llegadas, la entidad ha puesto de primeras el listón alto en cuanto al nivel de las incorporaciones y son operaciones muy complicadas por el fuerte interés de varios equipos y por el apartado económico ya que la calidad se paga y el Zaragoza no nada entre la abundancia. En el centro de la defensa los objetos de deseo son Cala, Jair y Peru Nolaskoain. Los dos primeros han sido descartados por inaccesibles, salvo giro. El primero esperará a un Primera y, si no llega, elegirá entre el Málaga y el Cádiz, mientras que las pretensiones del Maccabi para liberar a Jair impiden su fichaje.

En la punta del ataque, Borja Bastón, que cobra dos millones en el Swansea, es utópico por su salario y porque tiene cartel en la máxima categoría; y Álex Alegría está prácticamente descartado por el Zaragoza. Quedan los sueños de Rafa Mir (delantero) y José Carlos Lazo (extremo), pero también son operaciones de extrema dificultad.

Por lo tanto, lo más cercano es que lleguen Peru Nolaskoain y el extremo Álex Blanco. El primero del Athletic y sin opción de compra, mientras que falta por definir la fórmula para la incorporacióndel valencianista, que puede ser en propiedad con un porcentaje de una futura venta, compartiendo los derechos con el equipo che o cedido. Es decir, que el Zaragoza continúa por su economía en una posición débil para traer futbolistas, lo que origina que el mercado siga a fuego lento.