Cumplirá 38 años Miguel Linares el 30 de septiembre, una carrera extensa, repleta de goles, 129 en 438 partidos oficiales desde el 2004, 69 de ellos en la categoría de plata, ejemplo de profesionalidad en todos los clubs en los que ha pasado y por supuesto en el Zaragoza, el equipo de su corazón, de donde tuvo que emigrar en el 2005 para regresar en enero del 2019 dispuesto a devolverlo a Primera. Este lunes, con Luis Suárez sancionado y André Pereira lejos de lo que se esperaba de él en enero, tanto en el plano físico, por esas molestias que parecían no tener fin en el cuádriceps, como en el motivacional, el delantero de Fuentes tiene todas las papeletas para ser la referencia en el decisivo partido ante el Rayo. Será su primera titularidad de la temporada en Liga, donde acumula hasta 18 presencias en el césped saliendo desde el banquillo, siempre en el tramo final de los encuentros.

No ha vivido un curso fácil Linares, al que Víctor le abrió la puerta en verano y el delantero no la quiso cruzar. El club respetó la idea del punta de quedarse, sabiendo que siempre iba a aportar en el vestuario, donde su figura es importante a la hora de hacer grupo, y que no desperdiciaría ninguna ocasión que se le diera, por escasa en tiempo que fuera. Víctor se resistió a dársela, pese a la afección cardiaca de Dwamena, la baja forma de Pombo o las molestias de Luis Suárez. No tuvo minutos hasta la duodécima jornada, ante el Mirandés, y vio cómo en Fuenlabrada se quedaba fuera de la lista y Pombo jugaba como referencia con el descanso en el once de Luis Suárez ese día. En Almería Víctor repitió ese gesto hacia el aragonés con la baja del colombiano por lesión, pero Linares salió en la segunda parte para cazar un gol y salvar un punto. La otra ausencia de Suárez, en Anduva, la solucionó el técnico con Puado de referencia, un experimento que no funcionó.

Linares no ha decaído, ha trabajado y ha hecho grupo, sabiendo que no iba a continuar el próximo curso, poniendo todas las facilidades a su prorroga de contrato y volviendo mejor que la mayoría del parón, demostrando que ha entendido bien este nuevo fútbol. En los seis partidos de este regreso ha tenido minutos y ha anotado dos dianas, ante el Alcorcón y en Lugo, dando siempre energía a un equipo a veces muerto cuando saltaba al césped. Este lunes, por fin, le llegará el turno del once en la Liga. Su momento.

Con tres dianas en 204 minutos (1 cada 68) sus números se complementan con otros cuatro partidos en Copa, con un total de 308 minutos y otro tanto más. Linares ha demostrado en este curso que los muros más altos pueden caer y que la constancia y el trabajo terminan por dar frutos. En agosto, se resistió a irse y prometió pelear por ser importante en el equipo de su corazón para regresar a Primera. Ante el Rayo, sus goles serían de oro para el Zaragoza.