--A pocos días del debut oficial del curso, la Supercopa, ¿qué impresión le ha dejado el equipo durante la pretemporada?--Bastante positiva. Ha sido una pretemporada anómala porque el técnico ha mezclado los jugadores y no se ha podido ver de forma clara el perfil del equipo, pero estoy contento con bastantes aspectos: Con la actitud, el trabajo, la aparición de Zapater, que ha sido una sorpresa para todos, la progresión de los futbolistas que estaban y la incorporación casi masiva de otros provenientes de la cantera.

--Se le ve satisfecho.--Es que creo que la plantilla es más completa que la de la temporada pasada. Casi hemos duplicado cada puesto, se ha dado un paso hacia delante y la figura del plantel ha quedado bien compuesta, siempre dentro del contexto de lo que somos y de las limitaciones presupuestarias que tenemos. Otra cosa será ya el rendimiento.

--Lo que es evidente es que las distancias entre titulares y suplentes, abismales el año pasado, se han acortado.--Es cierto. El gran problema que debe vivir siempre un técnico es tener que darle vueltas a la cabeza para lograr un once titular, lo que redunda en beneficio de la competitividad y en la solvencia que se le puede exigir a una plantilla.

--¿Le preocupa la juventud del grupo? La media de edad es de las más bajas de Primera.--Ya el año pasado se habló mucho de ello, pero en éste no creo que vaya a ser un problema. Han venido jugadores como Aranzabal, Movilla o Javi Moreno que tienen más años de la media y hay otros, como Alvaro o Milito, a los que no se les puede considerar jóvenes, porque poseen bastante experiencia. Además, otros como Villa o Cani repiten este año en Primera y tienen ya una edad más que aceptable para que les se pueda pedir el compromiso y, sobre todo, la máxima madurez.

--¿Qué objetivos marca?--No me gusta plantearme metas concretas. Me conformaría con que el grupo alcanzara un alto grado de cohesión, que se identificara con la gente y que ganemos los partidos transmitiendo un mensaje de calidad y buen fútbol. Después, que sea el campeonato el que nos ponga en nuestro sitio.

--Como mínimo, habrá que sufrir menos que el curso pasado, ¿no?--Eso es indudable. Los jugadores van a sufrir seguro, porque la Liga está igualada, pero la idea es ahorrarle esa agonía a la grada. El año pasado, aunque al final el resultado fue bueno, con el duodécimo puesto y el título de Copa, es innegable que estuvimos casi siempre coqueteando con el desastre, algo que hay que evitar. Así, si terminamos en la misma posición, que el recorrido sea de arriba para abajo para evitar estar cogidos por un hilo.

--Desde su llegada hace dos años la plantilla ha cambiado mucho. ¿Se ajusta esta revolución a la idea que tenía prefijada?--El ideal es inalcanzable, pero el perfil sí se parece bastante a la idea que tengo: contar con un base de jugadores de calidad más o menos contrastada y después dar paso a la cantera. Si no me equivoco, en el actual plantel hay más futbolistas que provienen de las categorías inferiores que nunca.

--Faltan dos semanas para que se cierre el mercado, ¿se puede olvidar la afición de más refuerzos?--El club ya ha hecho un esfuerzo económico importante y el agujero de la Segunda todavía nos sigue condicionando. Creo que no se pueden exprimir los recursos mucho más, pero nuestra obligación es estar atentos por si hay una oportunidad que se pueda asumir.

--Si no llegara el pasaporte comunitario de Ponzio y Drulic no fuera inscrito, sí haría falta un refuerzo.--Tenemos confianza en que llegue esa documentación, pero si no lo hiciera y tampoco se presentase una buena ocasión de reforzar el plantel, la espera sólo sería de tres meses, porque se podría inscribir en diciembre. No sería mucho desastre. Sin considerar la plantilla cerrada, con lo que hay, toque más o toque menos, es con lo que vamos a afrontar el curso.