Lo dijo Víctor Fernández en la rueda de prensa previa al partido contra el Mirandés, el nuevo peldaño que el entrenador y sus jugadores pretenden subir este sábado en esa escalera hacia el cielo de la Segunda División. «Todos los equipos tienen sus momentos». El Real Zaragoza está en el suyo. Por la consistencia de su juego, con pasajes de buen fútbol en varios de los últimos encuentros, por la solidez de la propuesta táctica, por el elevadísimo grado de confianza que muestra en cada partido, por el crecimiento continuado, por la competitividad demostrada cada jornada, porque los detalles están cayendo todos de su lado, por la situación clasificatoria, tercero a tres puntos del Almería, segundo, y por la racha de resultados, tremenda: 16 puntos de 21 posibles.

Miranda es la siguiente parada de este ilusionante proyecto del Real Zaragoza, que ha empezado el 2020, el que todo aficionado sueña con que sea el año del retorno, como un tiro. Victoria ante el Sporting de Gijón en La Romareda, triunfo en Tarragona en la Copa del Rey y tres puntos de mérito en Las Palmas, un tesoro de enorme valor. No estamos, por lo tanto, ante un momento puntual, sino frente a una tendencia consolidada.

El Real Zaragoza está en su momento. Todo marcha. Todo sale como está previsto. Todas las monedas al aire, que también las ha habido, caen de cara. Es, ahora mismo, uno de los equipos más en forma de la categoría, sino el que más. Estando como está en su mejor momento, el equipo debería también estar más alerta que nunca. La igualdad es máxima en Segunda (Víctor también se encargó de recordarlo), tanto que cualquier mínimo detalle decanta un resultado. Cada partido hay que trabajarlo desde cero, como si no hubiera más allá. También el de Miranda.