Ha aprobado JIM varias asignaturas desde su llegada, casi todas al hacer reaccionar a un equipo que venía de una dinámica catastrófica de una victoria en 15 partidos, pero aún no ha conseguido la nota apta para una materia que tampoco Baraja e Iván Martínez lograron aprobar. Y es que el Zaragoza de este curso aún no sabe lo que es remontar un gol adverso para ganar un partido después de que se le ponga cuesta arriba el marcador.

Ante el Alcorcón fue la duodécima vez que el rival golpea primero en esta Liga. En diez de ellas, ante Málaga, Leganés, Mirandés, Tenerife, Espanyol, Castellón, Almería, Sporting, Albacete y el equipo alfarero, el Zaragoza ya no fue capaz de sumar. En nueve, además, ni siquiera de marcar, mientras que ante el Málaga en La Romareda sí hizo Adrián el tanto del honor para dejar la derrota en 1-2. Así, solo ante el Girona, donde dos cabezazos de Narváez en la prolongación neutralizaron los tantos de Sylla y Valery, y frente al Cartagena, cuando Iván Azón niveló la diana de Andújar, al Zaragoza le dio para rehacerse lo justo y firmar al menos unas tablas.

Pero, de ganar, ni hablamos tras recibir ese primer sopapo. De hecho, el Zaragoza lleva sin firmar una remontada para vencer desde el 23 de junio pasado, en la jornada 35, cuando Guti y Luis Suárez levantaron el tanto del ahora zaragocista Álex Alegría en Almendralejo frente al Extremadura. Desde entonces, cada gol del rival equivale prácticamente a una tragedia ya, a un muro.

No sucede lo mismo al revés, o al menos no sucedía así hasta hace unos meses. Al Zaragoza le han remontado un primer gol y le han impedido ganar en cinco ocasiones en este curso. Ante Las Palmas se adelantó por dos veces y acabó empatando (2-2), contra el Oviedo, la Ponferradina y el Rayo Vallecano, tres partidos seguidos en las jornadas 12, 13 y 14, marcó y los tres rivales le dieron la vuelta al marcador y también pasó en Copa en Alcorcón.