Apostó Juan Ignacio Martínez por Álex Alegría sentando al Toro por primera vez tras darle cuatro oportunidades seguidas en el once liguero sin devolverle el uruguayo ni un solo gol. Y la vida, de momento, sigue igual para el Zaragoza, donde la alegría por marcar es casi propiedad en exclusiva de Juanjo Narváez, que transformó el segundo penalti señalado al Zaragoza en este curso con la misma seguridad que había marcado el pitado ante el Logroñés. El colombiano cuajó un partido notable desde la banda izquierda y volvió a ser decisivo. Lo está siendo a lo largo de toda la temporada, donde lleva siete dianas, igualando ya su mejor registro profesional, que logró el curso pasado en Las Palmas. Esos tantos han servido para sumar 13 de los 23 puntos del Zaragoza, casi nada.

Juanjo Narváez ha sellado las victorias por la mínima ante el Albacete, el Fuenlabrada y la Ponferradina, marcó y asistió en el 2-0 ante el Logroñés e hizo un doblete agónico contra el Girona para salvar un punto. Su único gol que no sirvió para sumar fue ante el equipo del Bierzo en El Toralín. Los datos señalan claramente la importancia del jugador colombiano, el mejor fichaje del pasado verano, un delantero que está creciendo y que el Zaragoza tiene en propiedad hasta el 2023, lo que ya ha despertado el interés del Elche, que hizo una oferta este enero de dos millones por el cafetero.

Pero el Zaragoza ha cerrado la puerta de salida. Sería un suicidio que el jugador con más gol de esta plantilla volara en este mercado. No se puede marchar, por muy paupérrimas que estén las arcas, que lo están, quien lleva siete de los 15 goles sobre el césped, sin contar los de los despachos en Alcorcón. Es decir, el 46,6% de las dianas zaragocistas. A eso le suma dos asistencias de gol y tres remates al palo.

Narváez es el gol ahora mismo de este Zaragoza, el que rozó de cabeza nada más empezar el duelo pero que Caro le negó, lo que no pudo hacer el meta en el penalti. Mientras, Gabriel Fernández lo veía en la grada, con sus más de 1.800 minutos oficiales con los jugados ante la Ponferradina sin marcar. Alegría, el goleador traído en enero, tomó la alternativa del negado uruguayo y demostró que no tiene por ahora la senda para ayudar a Narváez. Fue más efectivo su trabajo que el del Toro, aunque eso no es difícil, pero estuvo algo perdido en muchos momentos, muy solo en el ataque, sin que Bermejo, el propio Narváez o Zanimacchia, lo encontraran. Bueno, el italiano bastante tendría con encontrarse a sí mismo. Tampoco lo hizo James después.

Un buen pase a Narváez a la media hora cuando Iván estuvo rápido para taparle y un remate flojo a bocajarro ante Caro tras un gran control en la segunda parte donde Pascanu le desequilibró lo justo fueron las apariciones de Álex Alegría en su primera presencia en el once. No demasiado bagaje, sin duda, con un mal control tras enorme pase de Narváez antes de ser relevado. Posee por ahora la pólvora mojada, lo que no tiene el colombiano, ejecutor de este Zaragoza que respira otra vez fuera del descenso. Ese oxígeno es oro puro.