La semana en La Coruña arrancó con seis futbolistas en la enfermería blanquiazul. En el entrenamiento de ayer, cuatro de ellos comenzaron a ejercitarse a las órdenes de Natxo González. El argentino Fede Cartabia, que aún no tiene el alta médica, y los laterales Diego Caballo y David Simón completaron la sesión con el resto del grupo, así como el portero Dani Giménez, que el pasado miércoles no pudo entrenar con sus compañeros por una contusión en el glúteo.

El resto de los jugadores blanquiazules que están en la enfermería son el lateral Gerard Valentín, que se repone de un golpe, y el delantero Carlos Fernández, que está descartado para el choque contra los blanquillos. Ayer ambos se ejercitaron de forma individual en el gimnasio, siguiendo un plan específico de recuperación bajo la supervisión de los fisioterapeutas.

Por el momento, todos ellos son duda para el compromiso del próximo domingo ante el Real Zaragoza. En el club gallego aseveran que el choque será «un partido para redimirse». Así lo explicó el central Pablo Marí, que añadió que equipos como el cuadro aragonés «son muy peligrosos» por la situación en la que llegan a Riazor y porque cuentan con «un gran grupo al que no le está yendo bien. Pasan por una mala situación futbolística. Vendrán con todas las ganas del mundo y nosotros tenemos que jugar nuestro partido».

Marí también destacó sobre su próximo rival que, aunque tiene «una plantilla joven, no deja de ser un equipo grande, un histórico que está hecho para estar arriba». Y analizó que la juventud de la escuadra zaragocista «puede mermar» en determinados momentos, aunque recordó que «ellos tienen ganas, muerden todos arriba y, para mí, es un equipo muy bueno».

Parece que el conjunto coruñés ha aprendido la lección respecto a su último tropiezo en casa ante el Numancia, algo que no quiere repetir contra el Zaragoza. «Creo que el partido del otro día es un toque de atención. En casa esta semana tenemos que redimirnos de lo que pasó y el equipo está con muchas ganas de hacerlo», dijo el zaguero.

Una de sus claves residirá en la defensa. Marí destacó ayer que «es mejor defender más arriba» para los intereses del Deportivo. «Con los futbolistas que tenemos nos favorece más presionar arriba que no dejarle facilidades al rival», argumentó.