—Está de visita por Zaragoza y ahora en el club no falta gente de la gloriosa Recopa...

—Sí. Están Víctor, Loreto, Belsué… El club ha contado con la gente de nuestra época y está funcionando. El buen trato del balón y dominar el juego es importante en cualquier categoría, también en Segunda. O quizá hasta más. Si lo haces sabes que puedes ganar en cualquier campo.

—¿Cómo está viviendo la reacción del equipo?

—Tras hablar con varios en la Ciudad Deportiva me reafirmo en que la clave de la mejoría ha sido la recuperación de la confianza de los chicos. Ahora se creen que pueden tener el balón, que pueden competir. Contra el Oviedo me gustó mucho la actitud que tuvo el equipo, y luego mejorarán en el fútbol cuando Víctor se vaya asentando aún más.

—¿Qué le ha dicho Víctor?

—Me ha dicho que está contento con la respuesta de los jugadores y que aún queda trabajo.

—¿Le sorprendió que el Zaragoza apostara por él?

—No me sorprendió, es un hombre de la casa, que entiende el fútbol del Zaragoza y las exigencias. Ha venido con mucho ganado. Eso sí, el fútbol es de los futbolistas, aunque ha hecho un gran trabajo en la recuperación de la autoconfianza y de la estima de muchos jugadores que han subido el nivel con él.

—¿Le llegó a preocupar la imagen que el equipo daba hace dos meses cuando estaba Lucas Alcaraz en el banquillo?

—Me preocupaba y hasta casi me desesperaba, porque no veía que compitiéramos bien. No dominaba el juego, sufría siempre, le costaba recuperar los partidos y los resultados... Estar allí abajo es muy peligroso para un club con la situación del Zaragoza. La desesperación es porque siempre te gusta estar ayudando y más en esos momentos, pero a 1.200 kilómetros es tan difícil... Ahora disfruto. Hasta el día del Málaga que perdimos se jugó bien.

—Sufría viéndolo por tv, claro.

—Sí. A mí me pone nervioso ver jugar a mi hijo y ver al Zaragoza. Y era muy complicado ver al equipo, te entraban ganas de apagar la tele o cambiar de canal.

—Quedan 19 jornadas, 18 sin contar el partido del Reus. ¿Hay tiempo para soñar?

—Se está a tiempo de todo, pero lo veo como lo debería ver todo el mundo, hay que ir paso a paso. Ahora ya estamos más tranquilos en la tabla, hay que seguir como hasta ahora y ver dónde estamos en las 10 últimas jornadas. Lo primero es asegurar la permanencia, que es fundamental. Hay tiempo, fútbol y partidos para engancharnos arriba, pero hay que ir con los pies en el suelo.

—Se está haciendo larga esta travesía por Segunda.

—Sí, pero es que es la situación del club, no puedes traer a muchos jugadores de nivel porque la economía está como está. Haces el mejor equipo posible y eso es difícil, porque el talento de Segunda también vale dinero. Mi deseo es que cuanto antes recuperemos nuestro sitio, porque ves en las imágenes las caras de los niños, la ilusión que se ha recuperado desde la temporada pasada. Esta afición, a poco que le ofreces, se entrega y ha estado también a las malas. Por ellos y por la historia de este club hay que recuperar nuestro sitio.

—¿Cómo celebraría el ascenso a Primera?

—No lo sé, seguro que con una alegría interior inmensa. Es lo que esperamos todos. A ver si puede empezar todo.

—Al margen de la tremenda importancia del gol que dio la Recopa fue un tanto muy bello. ¿Es más o menos difícil que el que marcó Álvaro al Oviedo?

—El suyo es espectacular, el recurso que sacó es la única posibilidad que tenía y le salió a la perfección. Es más difícil este remate que el de mi gol en París, porque es súper complicado que te salga bien, aunque yo siempre les digo a los niños que entreno que intenten cosas diferentes, que prueben. Eso hizo Álvaro y la clavó. Lo hizo precioso.

—En el Deportivo Aragón está jugando su hijo, Mohamed Youssef Alí, aunque no está teniendo mucho protagonismo. Sería un sueño verlo en el primer equipo, ¿no?

—No está jugando mucho, la verdad, y no le queda otra que esperar la oportunidad. Es un chico honrado, que se cuida mucho y que le ilusiona tremendamente vestir el escudo del Zaragoza, pero no es fácil.