El colegiado catalán Rubén Ávalos Barrera no ha sido designado por la Federación Española de Fútbol para estar en la sala VAR de ninguno de los partidos de esta jornada 23 de Segunda División después del arbitraje que realizó el pasado viernes en el partido del Real Zaragoza ante el Albacete, al señalar como penalti una falta inexistente de Vigaray a Manu Fuster en la que primero había pitado juego peligroso y después pitó, tras ver las imágenes en el VAR, la pena máxima que supuso el único gol del encuentro. Además, perdonó la expulsión, la segunda amarilla, a Azamoum.

Habitualmente, los colegiados dirigen un partido y en la semana siguiente están en la sala VAR, pero eso no ha sucedido con Ávalos Barrera tras arbitrar el partido del Zaragoza en Albacete, que acabó con derrota blanquilla por 1-0, lo que solo cabe entender como un paso por la nevera para el colegiado. A Pérez Pallás, que estuvo en la sala VAR en el partido ante el Carlos Belmonte, tampoco le han asignado ningún partido de Segunda, aunque en su caso la explicación está en su descenso a Segunda B hace dos temporadas, lo que hace que solo esté en la sala VAR en la categoría de plata desde el curso 19-20. Sí se mantiene como colegiado del VAR en el Espanyol-Rayo. En el encuentro de mañana ante la Ponferradina el colegiado que dirigirá al conjunto zaragocista será Dámaso Arcediano Monescillo, perteneciente al Comité Manchego, mientras que el navarro Prieto Iglesias estará en el VAR.

El Zaragoza, a través de su presidente Christian Lapetra, se quejó del arbitraje, como también lo hicieron algunos jugadores, como Eguaras, tras el partido, pero el club finalmente decidió no presentar una queja formal ante la Federación Española de Fútbol y el Comité Técnico de Árbitros. Sí presentó alegaciones al acta por esa amarilla de Vigaray, que de momento Competición ha mantenido, aunque el Zaragoza la ha recurrido ante el Comité de Apelación, cuya decisión sobre la amarilla se conocerá esta tarde o mañana viernes.