Julián Delmás siguió ayer la línea editorial que abrió este martes el capitán del Real Zaragoza. Las palabras de Alberto Zapater actuaron de portavoz de todo el grupo, estableciendo unos patrones de opinión que el resto de sus compañeros han interiorizado. El joven lateral derecho fue más breve, pero lanzó las mismas ideas que el ejeano, haciendo especial hincapié en la hipótesis de enganchar una buena dinámica para cambiar la situación de la escuadra blanquiazul: «Esta Liga es muy competitiva e igualada, necesitas ganar varios partidos para ponerte en la parte de arriba», aseveró Delmás.

Para alcanzar esta premisa es obligatorio romper con la irregularidad que caracteriza al equipo y comenzar a hacer de La Romareda un territorio incómodo para los visitantes. Un propósito de obligado cumplimiento, ya que si persiste esta tendencia lúgubre en el feudo zaragozano se augura otra temporada de amargo futuro: «Tenemos que hacer un fortín de La Romareda, los equipos tienen que venir sabiendo que les va a ser complicado sacar algún punto. Nosotros tenemos claro que queremos ganar los dos próximos partidos en casa frente al Barça B y Tenerife».

La siguiente cita será contra el filial del Barcelona, un rival que marca el límite con el descenso y que está a tan solo tres puntos del conjunto aragonés. Se antoja un encuentro de exigencia máxima, donde la victoria es un acontecimiento indiscutible si el Real Zaragoza quiere escapar del lío en el que está sumergido. Sin embargo, Delmás no escondió la ambición de poder mirar más arriba en la tabla, al igual que hiciera Zapater: «No estoy mirando la clasificación, esto es muy largo y pueden pasar muchas cosas. Nos tenemos que fijar más en el equipo y en las sensaciones para ganar el próximo partido», dijo.

La plantilla del Zaragoza siempre ha expuesto que la meta principal es crecer fijando unas aspiraciones que bordeen las posiciones nobles en la tabla. El objetivo de la actual campaña pasa por ser ambiciosos y ser un equipo con identidad, una idea que, por el momento, no se está logrando llevar a cabo. «Todos tenemos claro cuál es el objetivo. El Zaragoza es un gran club y tiene que estar donde tiene que estar. Al final esto lo tenemos que demostrar en el campo, y nos está costando sacar los partidos», aseveró el defensor zaragozano.

Al igual que Zapater, Julián Delmás lanzó una pequeña píldora de optimismo para el próximo año, siendo conocedor de los repetidos errores que comete el equipo y mostrándose convincente de cara a lograr subsanarlos para mostrar una imagen más competitiva: «El equipo ha hecho cosas buenas, pero también ha hecho malas, esto nos ha perjudicado para estar donde estamos en la tabla. Como dijo el capitán, para 2018 voy a pedir salud, que empecemos ganando en La Romareda y que tengamos muchos éxitos», concluyó.