Xiscu tuvo su gran ocasión a finales del año pasado, con Raúl Agné en el banquillo zaragocista. El técnico de Mequinenza le brindó la camiseta de titular cuatro partidos seguidos, ante Oviedo, Rayo Vallecano, Girona y Tenerife, después de hacerlo debutar ante el Mirandés y de darle minutos ante el Cádiz. Sin embargo, las buenas sensaciones del extremo balear en los primeros partidos, ante Oviedo y Rayo sobre todo, se fueron diluyendo para ir perdiendo presencia en la banda izquierda y desaparecer. No quería seguir en el Deportivo Aragón y las puertas del primer equipo se le cerraron. Así, ayer el Zaragoza hizo oficial su salida y su marcha al Murcia mediante un acuerdo que incluye un porcentaje de un hipotético futuro traspaso. Hoy firmará contrato por dos años con el Murcia.

«No creo que se me escapara ningún tren en esos partidos. Agné me dio esa oportunidad, lo traté de dar todo y de aprovechar al máximo ese momento, sabiendo lo importante que podía ser, pero por circunstancias, por la sensaciones que tuviera el entrenador o porque hiciera algo mal, que tampoco lo sé, después desaparecí», asegura el jugador sobre un total de siete partidos que pudieron marcar un antes y un después en la carrera de un futbolista batallador y con velocidad y descaro para jugar en el carril, pero que no ha podido confirmar toda su progresión en el Zaragoza.

El siguiente tren de la pasada temporada podía haber sido con Láinez, el que cogió Pombo, pero este ya no partió para Xiscu: «Con César sabía que podía tener la oportunidad otra vez, pero en el segundo entrenamiento me lesioné con una rotura fibrilar y eso ya me dejó sin opciones», explica el jugador balear (Ciutadella de Menorca, 6 de marzo de 1995). Se formó en las categorías inferiores del Mallorca, jugó en el Mercadal y de ahí dio el salto a la Ciudad Deportiva en el 2015. Popovic le dio una pretemporada ese verano y Luis Milla también en el 2016, pero una lesión le dejó sin la segunda.

El Zaragoza decidió en mayo que siguiera en el Deportivo Aragón y que no renovara, cuando le quedaba un año de contrato, que finalizaba en el 2018. «Para mí fue un golpe, una decepción. Fui a hablar con el club y me dijeron que contaban conmigo para seguir en el filial. Mi deseo era estar en el primer equipo, claro. Me quedaba un año, si no renovaba y tenía ficha con el filial la decisión mía fue apostar por otros retos. Y me decanté por el Murcia entre las tres o cuatro cosas que tenía», resume el jugador.

DECISIÓN FINAL

«Me ha costado mucho tomar la decisión, aquí en el Zaragoza empecé a crecer de verdad como jugador, me dio la oportunidad de debutar en el primer equipo, de dar ese salto», asegura Xiscu, al que a sus 22 años aún le queda mucha carrera por delante, pero «el Zaragoza, sin duda, es el club que marca un antes y un después en mi trayectoria profesional. Me voy de aquí muy agradecido al club y a la afición».

Ahora, sus pasos le llevan a Murcia, a Segunda B y a un proyecto por intentar subir. «Me queda aún mucha carrera por delante y el año que viene espero estar en Segunda con el Murcia, porque ojalá subamos en esta temporada. Y quién sabe si mi camino y el del Zaragoza se volverán a juntar, tiempo hay de ello», concluye el extremo balear, que desde hoy afronta una nueva etapa en su carrera.