Se le metió en la cabeza venir aquí y lo ha conseguido", decía Fidel a la salida de la presentación de su hijo como jugador del Zaragoza. Oscar vivió su puesta de largo en La Romareda con la timidez que acostumbra, rodeado de su padre y de su representante para iniciar una andadura que él mismo califica como "un salto en mi carrera. A los 18 años debuté en Primera, en el Valladolid, he estado allí tres años y el Zaragoza está por encima como club y como equipo. Además, juega en Europa y eso es un aliciente más".

Oscar, con 21 años (Salamanca, 12-11-1982), llega en un momento clave en su carrera, tras una temporada --su tercera en la primera plantilla de Pucela-- en la que explotó, con diez goles en la Liga y una proyección que le pusieron en el escaparate más reluciente de un equipo recién descendido. No fue extraño que el Zaragoza se embarcara en "una de las contrataciones más largas de la historia del club. El renunció a una parte de ingresos que otros equipos le daban por venir aquí y es un refuerzo importante", admitió Miguel Pardeza. Athletic y Espanyol preguntaron por el mediapunta, pero fue el Mallorca el que puso más empeño y obligó al club aragonés a alcanzar los 2,6 millones de euros.

SU GRAN DESEO También el club balear pujó fuerte con el jugador, al que ofreció un gran contrato, y después estaba la posibilidad del Athletic, una opción que gustaba mucho a Fidel y a Rosi, sus padres, sobre todo a ésta última, que es de Amorebieta. Pero prevaleció el deseo del chaval. Y éste firmó por cuatro años como zaragocista con una ficha de unos 500.000 euros más incentivos.

"Tengo 21 años, soy muy joven y el dinero ahora no es importante, pero sí que donde juegue esté a gusto y que el equipo se acople a mis condiciones. Por eso me decidí por el Zaragoza, que desde el principio apostó fuerte por mí y yo quise agradecérselo viniendo. Aquí estaré muy bien", se justificó el jugador salmantino, que garantizó aportar en estos cuatro años "decisivos en mi carrera, sobre todo trabajo e ilusión. Y, si las cosas me van bien, también goles y visión de juego".

Esa renuncia económica del futbolista para acabar en el Zaragoza también fue elogiada por Pardeza, mientras Fidel y Oscar tomaban el primer contacto con La Romareda. Al hijo le esperan muchos partidos ahí y al padre viajar cada quince días a Zaragoza para apoyarle, algo que ya hacía en el Valladolid.