Ganar el domingo supondría prácticamente la salvación". La reflexión en voz alta de David Villa es compartida por toda la plantilla, que ha concedido al compromiso ante el Celta en Balaídos el calificativo de final, comparable a la que disputó hace seis días en Montjuïc con el título copero en juego. En el próximo choque liguero lo que se dirime es la posibilidad de dejar la permanencia en la élite casi a expensas del sello matemático en las ocho jornadas que restarán después de esa cita para acabar el campeonato.

Y es que los tres puntos ante un conjunto vigués que camina directo hacia el abismo dejarían en nueve la distancia con este rival en la tabla, teniendo en cuenta que el goal-average particular en caso de empate a puntos al final de Liga también sería favorable a los zaragocistas. Si además de ese triunfo de los de Víctor, el Espanyol --con el que también es favorable ese coeficiente en caso de empate-- no logra ganar a un Athletic que necesita consolidar su plaza en UEFA, esos nueve puntos serían la renta con la zona de descenso, una distancia casi definitiva.

UN TERRENO PROPICIO Y no es difícil pensar en una victoria del Zaragoza en Balaídos. Primero, por las cinco jornadas invicto --con tres victorias ante Villarreal (4-1), Valladolid (1-2) y Málaga (1-0) y dos empates frente al Madrid y el Espanyol, ambos por 1-1-- que acumula el conjunto aragonés, pero sobre todo por el nefasto bagaje celtiña en su feudo. Los de Antic son, de largo, el peor equipo como local de Primera, como así lo atestiguan los nueve puntos sobre 42 que acumulan en su cuenta.

El Celta sólo ha sido capaz de ganar en su campo al Valladolid (3-2) y al Villarreal (2-1). El resto, nada menos que doce partidos, fueron tropiezos, con tres empates y nueve derrotas, algunas de ellas escandalosas, ya que Espanyol, Deportivo y Real Sociedad salieron de Balaídos tras marcar cinco goles. No hace falta decir cuál es el punto débil del conjunto vigués, que con 58 tantos es el más goleado del campeonato --el segundo es el Mallorca con 54-- y la gran mayoría de esas dianas, 34 en concreto, le ha llegado jugando en su estadio, que es un chollo para cualquier visitante.

Con el cruce de esas dos estadísticas --favorable la zaragocista y nefasta la viguesa--, con un rival en horas bajas después de que Milosevic mandara al limbo la oportunidad de ganar en Santander y un vestuario que no es precisamente una balsa de aceite, la apuesta en la quiniela sería un 2 , aunque harán bien los zaragocistas en no fiarse. El fútbol nunca fue una ciencia exacta...

UN BUEN EMPATE Además, tampoco sería malo ni mucho menos el empate en terreno de juego celtiña siempre y cuando el Espanyol no gane en Montjuïc al Athletic --a los pericos también les cuesta mucho vencer en su estadio--, algo que también ven en la plantilla zaragocista. Esos resultados permitirían que el Zaragoza conservase su renta de seis puntos sobre el descenso --siete con los goal-averages con Celta y Espanyol-- y a priori el calendario que le resta a estos dos equipos no es mejor que el de los de Víctor Muñoz.

Sí es algo más benévolo el del Mallorca, que también viaja por detrás del conjunto aragonés en la tabla --el Murcia ya está desahuciado--, porque los bermellones sólo tienen que jugar contra el Real Madrid de los equipos que están entre los seis primeros de la clasificación. Eso sí, el bloque que dirige Luis Aragonés debe medirse al Espanyol en Son Moix y al Celta en Balaídos en las dos últimas jornadas de la Liga, dos choques directos que beneficiarán y mucho al Zaragoza en caso de llegar al final del campeonato liguero con el agua al cuello.

De todas formas, la impresión que dan los de Víctor es la de una permanencia más holgada, que puede quedar de manifiesto si el Zaragoza gana en Balaídos. "Hay que trabajar esta semana como si fuera una final y sacar los tres puntos allí", resumió el Guaje . Queda dicho.