El Real Zaragoza retoma el pulso liguero lleno de urgencias y con un partido vital ante el filial del Barcelona hoy (20.30 horas) en pleno día de Reyes y con previsiones de frío y lluvia tras unos días impropios del invierno. Todos los niños y los que no lo son tanto ya tendrán abiertos sus regalos, pero el equipo zaragocista deberá esperar hasta bien entrada la noche para saber si tiene oxígeno en la clasificación, con un triunfo que le permitiría alejarse hasta a seis puntos de la zona de descenso que marca precisamente el Barça B, o le llega carbón, con un tropiezo que aumentaría los nervios a todos los niveles y que dejaría en una posición muy débil a Natxo González, sobre todo en caso de derrota.

El técnico vitoriano escuchó la ratificación pública del consejo de administración el pasado 26 de diciembre, pero también sabe que la ley del fútbol es inexorable y no hay técnico más débil que el que no consigue resultados. Y Natxo no los logra, con solo cinco victorias en 20 citas y 23 puntos en la tabla, lo que le sitúa a tres del descenso. Así que los dos próximos partidos en casa, el de hoy y el próximo ante el Tenerife, marcan su futuro y otros muchos aspectos, también el mercado de enero, pese a la negación pública de refuerzos en este bazar invernal tan habitual en los últimos años. Es más, una derrota hoy podría acelerar la sentencia de despido del entrenador vitoriano, que ha tenido más crédito y paciencia del club que todos sus antecesores en el puesto desde que el Zaragoza dio con sus huesos en Segunda.

CAMBIO EN CASA / Necesita ganar Natxo y tiene que hacerlo sí o sí el Zaragoza, que en casa fue una calamidad en el 2017, con solo cuatro triunfos en todo el año natural. El nuevo calendario, aunque solo sea por simple superstición, tiene que traer un cambio en ese aspecto, porque es indudable que por La Romareda pasan las opciones de que el Zaragoza remonte el vuelo (tiene tres partidos de los próximos cuatro en casa) y sea capaz de reconducir un curso que de momento solo tiene el color gris oscuro y la tristí- sima meta de la lucha por la permanencia en Segunda. Con todo, la primera vuelta acaba hoy y si algo tiene esta eterna competición de 42 jornadas es un sinfín de oportunidades, por lo que el equipo aragonés aún está a tiempo de todo, aunque tendrá que mejorar mucho, sobre todo en defensa, donde en Valladolid antes de despedir el año pasado exhibió un nuevo desastre, uno de tantos que han llevado a encajar 25 tantos en 20 jornadas.

El filial que dirige Gerard Ló- pez está hecho a golpe de talonario, con el mayor límite salarial de la categoría, pero no está funcionando como se esperaba. Empezó la Liga a buen nivel, pero solo lleva una victoria en las 10 últimas jornadas y un solo triunfo como visitante. Es un equipo con mucha capacidad arriba, aunque hoy tiene la baja de su jugador más letal, Arnaiz, que estará con Ernesto Valverde mañana ante el Levante. Se trata de una ausencia sensible en el rival, porque es, junto a Aleñá, su mejor futbolista. Tampoco estará David Concha, un buen extremo.

El Barça B posee mucha calidad en ataque (Aleñá, el exzaragocista Galarreta, Oriol Busquets, Lozano, Vitinho…) pero tiene mucha bisoñez en defensa para ser uno de los equipos más goleados (27 tantos) y sufre tendencia a caerse en las segundas partes. Al Zaragoza no se le han dado muy bien los filiales en esta última andadura por Segunda y el Barcelona B ya sabe lo que es conquistar La Romareda. Mejor que no lo haga hoy, porque el carbón dibujaría un horizonte oscuro para el Zaragoza y más para Natxo.