Paco Herrera estuvo con los dos pies en la calle a mediados de noviembre del año pasado después de perder con el Jaén por 3-0 y encadenar cinco partidos consecutivos sin ganar. La misma causa que le ha impedido tener una plantilla a su gusto, la falta de dinero, y un balsámico y agónico 1-0 contra el Girona en La Romareda frenaron su despido pese a que parte de la directiva le había preparado las maletas. Ahora, tras perder por inanición estratégica contra Barça B y Lugo y ver cómo se alejan los puestos directos de ascenso, vuelve a situarse en el ojo del huracán y de las críticas después de aquel match point del 2013. Cumplida la jornada 25, el estilo de Herrera ha quedado al descubierto, mostrando a un entrenador dependiente de la inseguridad que le transmite la plantilla, que sufre en el campo sus limitaciones naturales y las vacilaciones de un técnico con demasiados planteamientos en función del rival. Sin eufemismos: de salida juega a no perder y apunta a la victoria con timidez, sobre todo cuando causan baja piezas que considera clave y que se encarga de recordar con subliminal insistencia.

Es Míster Cero. El preparador catalán se siente cómodo sin que se mueva el marcador durante el mayor tiempo posible a la espera de un gol, de un golpe de gracia definitivo. En 18 partidos, el Real Zaragoza se ha ido al descanso sin marcar, 14 con el 0-0 inicial, de los que solo ha ganado cuatro. En cinco ocasiones (Castilla, Mallorca, Alavés, Córdoba y Alcorcón) llegó por delante al final del primer tiempo. En resumen, casi todo lo que ocurre con el equipo aragonés sucede en las segundas partes, donde Herrera combina relevos desde el banquillo con cierto éxito y desastrosas decisiones.

Tuvo mano reconocible con los cambios contra Hércules, Tenerife, Castilla, Ponferradina, Córdoba y Mirandés, pero estuvo muy desafortunado frente a Barça B (en la ida y en la vuelta), Lugo (en las dos citas), Recre, Depor, Alavés, Numancia, y Sabadell. Sus futbolistas no le ayudan, las lesiones tampoco y la incapacidad de reforzar el equipo en enero más alla del fichaje de Arzo reducen su capacidad de maniobra. No obstante, él pone bastante de su parte para confundir a un grupo timorato al que dedica arengas con más ruido que nueces.

El baile del Barça B en casa no sentó nada bien. Fue una derrota en todos los frentes, sin contestación, con Herrera paralizado en el banco, incapaz de hallar o inculcar alternativas para controlar el tsunami azulgrana. El Lugo se llevó los tres puntos el sábado frente a un equipo acomplejado por su entrenador, de nuevo hipnotizado en cuanto el adversario toma ventaja. El Real Zaragoza, como le complace al entrenador, mantuvo el 0-0 en los primeros 45 minutos. Luego recibió la bofetada habitual. Faltaban Arzo, Acevedo y Cortés. Bien se encargó el técnico de animar al Lugo presentando una ridícula propuesta competitiva.

El Zaragoza solo ha remontado un partido, en Gijón y contra 8 jugadores. Míster Cero tiene que sumar más atrevimiento de arranque y acierto en los recambios. Si no, como mucho este equipo dará para la promoción.