Hace poco más de una semana Lalo Arantegui dejó la puerta entreabierta a la continuidad de Papunashvili tras su decepcionante cesión al Racing. “Va a depender de él. Si él quiere será un jugador importante, porque tiene capacidad para ser de los mejores de la categoría”, dijo el director deportivo. Sin embargo, el extremo georgiano, que esta semana ya se ha entrenado junto a Lasure y los cuatro fichajes (Jair, Vuckic, Chavarría y Bermejo), se mantiene en la rampa de salida y, de hecho, desde su entorno se reconoce que se buscan salidas para el jugador, siempre en forma de cesión y con opción de compra para tener al menos un ingreso futuro por el futbolista, con contrato hasta el 2022.

De hecho, la próxima semana podría haber novedades en la salida del georgiano, que cuenta con el interés de equipos en Chipre, Austria, Turquía, Rusia o la MLS y que también contó hace unos meses con la posibilidad más fuerte del Panathinaikos griego. En estos momentos, es mucho más factible su salida que su permanencia en la plantilla que va a dirigir Baraja.

Papu llegó en el verano del 2017 al Zaragoza procedente del Dinamo de Tblisi georgiano y con un traspaso que rondó los 100.000 euros. El futbolista firmó un primer año a buen nivel, mostrando su velocidad, su desborde y su capacidad goleadora, con siete dianas, y dejando claro que en la banda derecha y a pie cambiado podía ser un jugador diferencial en Segunda. Sin embargo, sus problemas de tobillo le lastraron en la temporada 18-19 y Víctor perdió su confianza en el futbolista, que siguió sin tener minutos apenas en este último curso y que en enero pasado se marchó al Racing, donde jugó solo en cuatro partidos en un equipo que acabó por bajar y donde Oltra le retiró por completo cualquier oportunidad en el tramo final del campeonato.

En el fondo, la salida de Papu y otras posibles como las de Kagawa, Delmás, Ratón, Lasure o Raí obedecen a la necesidad de rebajar la masa salarial, lo mismo que Guti o Nieto pueden marcharse traspasados para ayudar a cuadrar las cuentas por el desastre que supone no subir. Papu es una apuesta muy personal de Lalo y del secretario técnico, José María Barba, pero el propio jugador ve con buenos ojos una salida y desde el club no hay demasiada confianza en que pueda revertir la espiral negativa de rendimiento en la que cayó tras su primer año.