¿Por qué renueva?

Víctor: "El cambio de opinión se obedece a una cuestión sentimental. Una vez más me puede el corazón y me identificación con este club y esta tierra. Uno puede ser insensible a lo que ha ocurrido en los últimos días. Me he dejado guiar por el corazón y estoy muy feliz de esta oportunidad en el intento de alcanzar el objetivo que deseamos. Ahora soy una persona pletórica que colabarorá en este desafío, alguien convencido de que saldrá adelante"

¿Ha puesto alguna condición al nuevo proyecto?

"Soy muy consciente de las posibilidades que tiene el club. Los recursos son limitados y los conozco. Lo que es ilimitado es la ilusión y la dedicación. Vengo a luchar y contribuir en esa búsqueda. Los propietarios no me han dicho cuál es el objetivo porque yo me le impongo: recuperar un sitio que nunca debimos perder. Será un recorrido largo pero tenemos nuestras armas para luchar. Pasa por el aprovechamiento máximo de nuestros recursos, por una planificación donde no podemos equivocar en ninguno de los perfiles de los jugadores. Luego será cuestión de trabajo, acierto y voluntades. Este proyecto no pasa por mí. Soy uno más. El mensaje es que necesitamos unidad. Dueños, afición y jugadores hemos de ir en la misma línea".

¿Que le parecen los nuevos fichajes?

"No los conozco, para qué engañarnos. Sé de sus características. Mi intención era no participar en el futuro desde el primer día que firmé. La dirección deportiva tiene que trabajar durante meses y eso es lo que ha hecho. Lalo Arantegui tiene que arañar de las piedras porque no cuenta con una una gran disponibilidad económica... Sacaremos conclusiones en la pretemporada".

¿Con qué perfil de plantilla le gustaría trabajar?

"Quedan dos partidos con cosas en juego, lo primero nuestra profesionalidad. No podemos estar en boca de nadie en cuanto a actitud. Además tengo que convivir diez dias más con esta plantilla y solo puedo ser elegante y cuidadoso con ellos por lo que han dado. Dos pinceladas: tenemos que cambiar brutalmente la estructura física del equipo para competir. Se buscarán buenos jugadores, otro tipo de cosas que nos ayuden a dar ese salto para competir con los mejores. Necesitamos cambiar. Una revolución agresiva de la forma del juego. Y tener paciencia, yo el primero porque no me sé manejar en este mercado. Como entrenador me gustaría tener la primera semana la plantilla al completa. En Segunda no es así. Hay tiempos de espera que obligan a la paciencia".

¿Qué papel jugará usted en la configuración del equipo?

"Cada uno tiene su parcela y cometido. Siempre ven cuatro ojos más que dos. Se llegarán a puntos de acuerdo porque todos buscamos el bien del club. Con el consenso es mucho más fácil. En ese sentido ese trabajo de equipo es fundamental".

Ha firmado una temporada. ¿Le gustaría dirigir al Real Zaragoza en Primera?

"Tenía claro que no iba a seguir. Era un pensamiento muy racional. Pero si te dejas llevar por el corazón... No estoy de acuerdo cuando dicen que el Real Zaragoza ha perdido el escudo y la identidad. Al Zaragoza le queda el corazón y ese corazón nos empujara. Ahí debo de estar, en un barco que no tiene tantos agujeros como se dice. Hay que completarlo. Luchar por el éxito con una idea obsesiva pero con pensamientos coordinados. Intentaré canalizarlo. Me veo con fuerzas, ilusión y feliz. Mi carrera hace mucho tiempo que la tengo hecha. Para mí era difícil justificar el sí, pero también muy complicado explicar el no. Hay que vender optimismo porque el Zaragoza no es un club muerto. Todo lo que venga (economía) bienvenido, pero es más importante la ilusión, la fe y la pasión. Todos mis amigos me decían que no continuara. Ellos me enseñan el camino pero yo soy el que decide. Lo conseguiremos".

¿Cuenta usted con que se produzca una inyección económica?

"Cuando me reuní con la directiva todos fueron muy claros y muy contundentes. Esto es lo que hay a corto y medio plazo. Con esos recursos he aceptado luchar por colocar al Zaragoza donde le corresponde".