En la colección de virtudes que han adornado la llegada de Juan Ignacio Martínez al Real Zaragoza el factor motivacional, un elemento que se había destacado en todos los vestuarios por los que ha pasado, es sin duda el gran cambio para levantar a un equipo que caminaba hacia Segunda B y que ha sumado 7 puntos de 9. Para lograr esto JIM se ha apoyado en varios elementos, uno de ellos los mensajes que los jugadores pueden leer, ya sea en la Ciudad Deportiva o, ahora por la situación sanitaria, que hace que los vestuarios de esta instalación no sean en demasía un lugar de paso, en La Romareda.

Lo confesaba el propio JIM esta semana en una entrevista en Aragón Digital, donde reconocía que les hace llegar por esa vía sus ideas a los jugadores. «Soy un hombre de mandar muchos mensajes escritos. Los vestuarios están llenos de papeles, con que lo lea un jugador o dos y sean capaces de transmitirlo a los demás me vale. Ahora en la Ciudad Deportiva es más complicada la convivencia por el protocolo, por lo que los pongo en puntos concretos, como en La Romareda el día de partido», aseguró.

Además de un hombre de profundas convicciones religiosas, que también ha llevado a la práctica en los equipos en los que ha estado, en JIM hay un apasionado del coaching deportivo y de los instrumentos de mejora de desarrollo personal, algo en lo que Miguel Torrecilla, director deportivo, también tiene absoluta convicción. En el Sporting de Gijón contrató a un experto en esa materia para el vestuario, el exjugador Arturo Martínez, y es muy probable que en el Zaragoza también estudie hacer algo similar.

Mientras, los mensajes que JIM ha puesto en el vestuario zaragocista en estas semanas se basan en su experiencia personal, en las lecturas que ha realizado y son todos referentes a la motivación, a los valores personales, aunque haya también alguno que pueda tener alguna derivación táctica. «Éxito=compromiso más cero excusas», es uno de los mensajes que han podido leer los jugadores.

«El talento tiene límites, la ilusión, el esfuerzo, la fe y sobre todo la pasión… NO». Este mensaje también ha estado presente en las paredes de La Romareda en el mes que lleva el técnico con el equipo a su cargo, si bien hubo una semana de parón por el descanso navideño. Con estas apelaciones directas y con otras, JIM ha buscado y busca reactivar la motivación del equipo, focalizar el trabajo en la autoestima grupal e individual. Y de momento, esta y otras medidas le están dando resultados.

Y es que el equipo compite mejor, siente una mayor seguridad y confianza en sus posibilidades y los jugadores, la mayoría de ellos, han abandonado una versión muy gris que estaban dando para ofrecer un mayor rendimiento. Y son los primeros en reconocer este mérito del entrenador alicantino. «JIM nos ha levantado el ánimo porque el equipo estaba hundido», decía el pasado martes Bermejo y solo tres días después Cristian Álvarez, uno de los pesos pesados del equipo, lo ratificaba totalmente. «JIM ha sido fundamental en nuestro cambio de mentalidad. Se ha ganado el respeto y la admiración del vestuario con su carácter positivo y su fuerza. Eso habla claramente de lo que significa un entrenador. Ha sido importantísimo».