90 minutos. Algo menos de dos horas separan al Real Zaragoza de División de Honor juvenil de hacer historia. La gloria aguarda ya a un equipo en mayúsculas en el que nadie sobresale. Porque el brillo es colectivo. Así lo quiere y así lo impone Iván Martínez, un entrenador que se ha labrado el éxito a base de pico y pala y que está a punto de conquistar la gloria doce años después y reeditar aquella hazaña de Miramón, Barba y compañía de la mano del maestro Carlos Rojo. Palabras mayores.

Tan cerca, pero tan lejos a la vez. Tendrá que ser en Reus donde el Zaragoza se vista de campeón. Eso, siempre que Barcelona y Espanyol, los otros dos aspirantes, solventen con éxito sus respectivos compromisos entresemana correspondientes a los partidos aplazados la pasada jornada -el cuadro azulgrana en casa ante el Girona y el Espanyol en Lérida-. Si no hay sorpresas, los tres llegarán al fin de semana con opciones, y si los de Martínez son capaces de doblegar a un Reus que se jugará la permanencia, serán campeones.

Ayer, el equipo aragonés volvió a tirar de casta y arrojo para sacar adelante un encuentro ante el San Francisco que comenzó torcido con la lesión de Escuín a los cuatro minutos. Pero su sustituto, Benedet, abrió el marcador antes de la media hora con un golazo. Sin embargo, dos desajustes defensivos propiciaron la remontada balear, aunque el incansable Jiménez empataría antes del descanso al transformar un penalti cometido sobre él mismo. En la segunda mitad, otro tanto de Benedet completó la remontada de un Zaragoza superior.

Con el respaldo de una grada abarrotada y de numerosos jugadores del primer equipo -Benito, Álvaro, Soro, Linares o Cristian, entre ellos-, el Real Zaragoza. que solo ha perdido un partido en toda la temporada, se sobrepuso a las adversidades en forma de ausencias, lesiones y errores para demostrar que, en estos momentos, es el principal favorito al título. Si lo conquista, logrará algo que tan solo se ha conseguido en cuatro ocasiones -todas ellas con Carlos Rojo de entrenador- pero siempre en el grupo vasco, nunca en el catalán. Otro hito para la historia.

Además, está en juego disputar la Copa del Rey -la juegan los campeones y subcampeones de cada grupo y los dos mejores terceros- y la Copa de Campeones -destinada a los mejores de los siete grupos y el mejor segundo-. Solo Rojo, que jugó siete Copas del Rey y llegó a una final y a otra de la Copa de Campeones, y Javier Garcés, que disputó dos Copas del Rey, han sido capaces de llegar tan lejos.