Arranca este sábado el Real Zaragoza frente al Tenerife (21.00 horas) su séptima temporada consecutiva en Segunda División, o Liga Smartbank, un periodo oscuro donde lo mejor, de largo, ha sido la fidelidad de su gente, de nuevo puesta de manifiesto en un verano donde los cambios en el club y en el equipo permiten hablar de una nueva era que alza el telón de forma oficial. Lo hace con un duelo en La Romareda donde el objetivo es que la renovada ilusión del zaragocismo, al alza tras la llegada de Kagawa, que hoy tiene todos los números para estar en el once, no se vea frenada por un tropiezo.

Este es el Zaragoza de Kagawa, de la continuidad, tan deseada, de Víctor Fernández y de la mayoría accionarial de César Alierta, con un giro en el reparto de poderes del club que abre la puerta a los siguientes, entre los que están la refinanciación de la mastondóntica deuda de la SAD, con la entrada de un nuevo inversor, y la presencia de la empresa de intermediación de Arturo Canales, que ha sido más que clave en la llegada del mediapunta japonés. En todo caso, esto último pertenece al futuro a medio plazo. El inmediato alude a la visita del Tenerife, el último rival del gris curso pasado, con una Romareda que espera ilusionada y con casi 27.000 abonados, camino del récord histórico de la entidad.

El equipo, que tiene un calendario amable en las siete jornadas iniciales, si ese término vale en la igualada Segunda, llega a la cita con siete fichajes, entre los que además del mencionado Kagawa están Dwamena y Luis Suárez, también ilusionante dupla de ataque, Vigaray, Atienza, Álex Blanco y Bikoro y hasta 8 bajas por ahora con respecto al curso pasado, con la salida de Pep Biel como la más traumática y con el adiós congelado de Soro, que se queda cedido una temporada antes de marcharse al Madrid. El Zaragoza vive pendiente de un refuerzo más en ataque, tiene que dar salida a Pombo y a Verdasca y está a expensas del mercado y de sus propias carencias económicas en jugadores como James.

Afronta el duelo el conjunto zaragocista después de una pretemporada de perfil bajo por los rivales y de ofrecer una convincente imagen en el ensayo de mayor enjundia, ante el Alavés. Para el estreno, Víctor no puede contar con Zapater ni Guitián, mientras que Atienza llega justo tras su lesión en Tarragona y también lo hacen Grippo y Clemente, que vivieron sendos cruzados el año pasado. No es de extrañar que la mayor duda esté en el eje. Atienza se probó y parece que jugará de inicio y Clemente y Grippo pugnan por ser su pareja, con más opciones para el segundo.Sin embargo, James no se entrenó y el proceso gastrointestinal le tumba para este partido. Así, Eguaras y Javi Ros pueden jugar en el medio, con Guti ligeramente escorado a la derecha, para que la punta de lanza recaiga en Dwamena como referencia con Kagawa por detrás y Luis Suárez entrando desde la izquierda. La otra posibilidad es la entrada de Soro en lugar de Eguaras y Guti pasar al medio, pero es menos factible.

También ha vivido un verano de cambios el Tenerife, que el curso pasado, al igual que el Zaragoza, se quedó lejísimos de pensar en el retorno a Primera. Con López Garai, uno de los entrenadores deseados y tanteados por Lalo Arantegui antes de que Víctor modificara su idea de no seguir, el cuadro isleño ha hecho ocho fichajes, entre los que está el exzaragocista Álex Muñoz, que se fue a la isla tras rescindir con el club aragonés después de un año mediocre en La Romareda.

López Garai apuesta por un 4-3-3 y por la posesión del balón, aunque el técnico vasco tiene el caballo de batalla en la debilidad defensiva. Róbert Mazán y Ramón Miérez, dos de sus fichajes, no estarán hoy por sus problemas físicos, mientras que el delantero serbio Filip Malbasic, quien se perdió el partido de presentación ante el Real Madrid Castilla por lesión, está disponible. Entre Naranjo y Dani Gómez se disputan un puesto arriba, ya que Malbasic parece fijo. Milla, Borja Lasso, Aitor Sanz, Naranjo, Suso o Dani Gómez dan un claro lustre ofensivo a un Tenerife que es peligroso en ataque y que evaluará de salida el comienzo de esta nueva era del Zaragoza.