El paso de Luis Milla por el banquillo del Real Zaragoza fue meramente testimonial. Es más, solo Imanol Idiakez consiguió superarle como el técnico que más rápido fue cesado en las últimas seis temporadas. En los 125 días que estuvo en el cargo, Milla no fue capaz de dar con la tecla del equipo en el arranque de temporada, la 16-17. Sin embargo, ese tiempo le permitió conocer a fondo a sus jugadores. Ya lo dijo en una rueda de prensa: contar con un jugador de la calidad de Juan Muñoz en el banquillo es un «pepinazo». La predicción del técnico parecía estar al mismo nivel que los ilusorios vaticinios de los videntes que aparecen de madrugada en la pequeña pantalla. Sin embargo, el tiempo demostró que el turolense tenía razón. El ariete ha necesitado dos campañas, dos periplos por el Almería y por el Levante, para convertirse en ese pepinazo de delantero.

Muñoz fichó por el Alcorcón el pasado verano al quedar libre del Sevilla. En estos meses se ha convertido en una pieza clave en la delantera alfarera. El ariete de Utrera ha jugado en 12 de las 14 jornadas disputadas de campeonato, y ha endosado el balón en las mallas en ocho ocasiones. Estos números le han permitido estar en el tercer peldaño del podio de los máximos goleadores de la Segunda División.

El punta debutó en la categoría de plata con el Zaragoza, en la campaña 16-17. Sus discretas actuaciones con la elástica blanquilla le obligaron a hacer las maletas con destino a Valencia. En las filas del conjunto granota, Juan Muñoz ascendió a Primera División, aunque apenas contribuyó al éxito del equipo. Los tres goles que anotó en los seis partidos que saltó al césped fueron toda la ayuda que salió de sus botas. Su camino le guió hacia el sur del país. En la temporada 17-18, arrancó una nueva aventura en Almería. Su búsqueda de la regularidad, sin embargo, seguía estancada. En 25 partidos como rojiblanco, solo marcó cuatro tantos.

Llegó el verano, y con él, su desvinculación total del Sevilla. Iniciaba una nueva vida en Alcorcón, a las órdenes de Cristóbal Parralo. Tres meses le han bastado para ganarse el cariño de la afición alfarera. Después de 12 partidos disputados, es el nuevo ídolo de Santo Domingo. Este es su sitio. Sus ocho goles han sido esenciales para que el Alcorcón ocupe el liderato de la categoría. Sus actuaciones más decisivas fueron ante el Cádiz, con los dos goles que cerraron la victoria del cuadro madrileño (0-2), el 1-3 en casa del Nástic de Tarragona, con otros dos tantos, y el 1-0 ante el Granada que certificó desde los once metros.

A pesar de que no haber visto puerta en los últimos duelos ante el Lugo y el Elche, el ariete utrerano es una de las principales amenazas esta tarde. El Zaragoza deberá andar con pies de plomo para evitar que el pepinazo le acabe repitiendo.