Del sueño a la pesadilla. Así le sucedió ayer al Real Zaragoza. Una pesadilla que no tiene fin para el Zaragoza esta temporada y que todavía se acentúa más cuando juega en el estadio de La Romareda. El Zaragoza, aunque sea muy difícil de explicar lo sucedido, se fue ayer al descanso pensando que todavía podía seguir soñando con la posibilidad de disputar la promoción de ascenso, tras haberse retirado al intermedio con un 2-0 a su favor, pero luego, en la segunda parte, se despertó de golpe encajando dos goles del Sabadell (2-2) que no le permiten dejar todavía cerrada la permanencia en Segunda División a tres jornadas del final de Liga.

Víctor Muñoz le dio una vuelta al once inicial y sus jugadores se lo agradecieron realizando posiblemente la primera media hora de juego mejor de toda la temporada. El técnico aragonés apostó por un bloque ofensivo y con más capacidad para manejar el balón que otras veces. Para ello colocó en el doble pivote de la zona medular a Álvaro Tierno, que fue la gran sorpresa de la alineación, junto a César Arzo; puso a Víctor Rodríguez de mediapunta, como en el segundo tiempo en campo del Córdoba, y dio entrada en la banda derecha a Javi Álamo para acompañar en ataque a Paco Montañés y Roger Martí. En cambio, Henríquez y Luis García, que no están finos, se quedaron en el banquillo.

El Real Zaragoza empezó arrasando al Sabadell y en los cinco primeros minutos del partido tuvo ya dos claras oportunidades para batir la portería defendida por Nauzet Pérez. Víctor Rodríguez, tras recibir un servicio de Roger, que también se encontraba en una buena posición para haber rematado, y Paco Montañés no acertaron a materalizar en gol esas buenas ocasiones, pero el Zaragoza no dejó de atacar ante un rival que utilizó una defensa muy adelantada y que no se planteó meterse atrás en ningún momento. Eso favoreció también el buen juego de los locales en el inicio del encuentro.

En La Romareda se respiraba una tranquilidad poco habitual. Ni el equipo ni la afición daban muestras de impaciencia. Había calma chicha. El Real Zaragoza tocaba bien y daba la impresión de que en cualquier jugada podía ponerse por delante en el marcador. Y así fue. En el minuto 21, Víctor Rodríguez metió una balón en profundidad a Roger, que remató en el corazón del área, rechazó el portero visitante y Cristian se introdujo el balón en su propia portería. Eran los minutos en los que brillaba con luz propia Víctor, que instantes después puso otro balón a Roger para que batiera por bajo a Nauzet. El Zaragoza jugaba bien y a los 24 minutos de juego ya ganaba por 2-0.

FALLAN LAS ENERGÍAS

Es cierto que luego el cuadro aragonés se tomó un respiro para coger aire y que Hidalgo, con un disparo al palo, y Aníbal, con un remate que Leo Franco despejó a córner, pusieron en peligro la integridad de la meta local, pero el Sabadell tampoco inquietó mucho más al Real Zaragoza en la recta final de la primera parte. En esos momentos dio la impresión de que el Zaragoza también daba un paso atrás para tratar de sorprender al rival a la contra. Tampoco es algo inusual cuando se lleva una renta tan favorable. Sin embargo, tras el paso por los vestuarios, se pudo comprobar que el cuadro aragonés había empezado a perder energías.

Entonces empezó la pesadilla para el Real Zaragoza y se fue esfumando el sueño de poder clasificarse para la promoción de ascenso en las tres últimas jornadas de Liga. El Sabadell, bajo la dirección del aragonés Antonio Longás, se aprovechó del bajón de los locales para meterse de nuevo en el partido con un gol de Aníbal tras un gran pase de Collantes. Mientras, el Zaragoza estaba muerto y Víctor Muñoz daba entrada rápidamente a Sergio Cidoncha por el debutante Álvaro Tierno para tratar de dar un mayor vigor al centro del campo. Pero tampoco sirvió de nada esa maniobra. El equipo catalán, con otra acción por la banda izquierda, donde defendía Abraham, empató por medio de Crespi a un cuarto de hora del final del choque.

El Real Zaragoza casi acabó pidiendo la hora en un partido que dominaba merecidamente en el descanso del encuentro por 2-0. Ni Víctor Muñoz supo explicar luego los motivos del cambio para mal que había dado su equipo de la primera a la segunda parte. Por su lado, el Sabadell, que todavía aspira a meterse en la zona de promoción, buscó incluso la victoria en los minutos finales del encuentro, pero el marcador ya no se movería. El punto sumado solo sirve al Zaragoza para tener un poco más cerca el objetivo de la salvación.

La segunda parte de ayer fue una auténtica pesadilla para un Zaragoza que dio muestras de agotamiento y que todavía no puede dar por cerrada la permanencia en Segunda División. Y menos soñar con la promoción. De haber ganado al Sabadell aún podía haber mantenido viva alguna esperanza, pero volvió a fallar en el estadio de La Romareda como tantas veces a lo largo de la temporada.