La victoria ayer del Sporting en Valdebebas impide que el Zaragoza pueda acceder hoy a la segunda plaza, a la zona de ascenso directo. Era un premio que podía suponer una inyección de moral importante para un equipo que viene de crecida, a pesar del sinfín de problemas y conflictos que genera, y que aspira a confirmar hoy ante el Hércules, en el inicio de la segunda vuelta, que ha tomado vuelo, que ha aprovechado del todo la zona de despegue sumando la tercera victoria consecutiva tras las selladas ante el Sporting y el Alcorcón, dos triunfos que por fin han llenado de argumentos futbolísticos y de convicción a Paco Herrera, que ve que es el momento de su equipo. Es decir, la hora de coger los puestos de cabeza y empezar a abrir brecha.

Y eso solo se consigue con puntos. El Zaragoza, que ha sellado 16 puntos en las últimas 7 jornadas, para ser el mejor equipo de Segunda desde que tocó fondo en Jaén, aspira a prolongar su buen momento de resultados para no caerse de la zona de promoción que comenzó a pisar tras ganar en El Molinón y para tratar de asaltar pronto los puestos de ascenso directo, aunque queda dicho que esa irrupción deberá esperar. La mediocridad de la Segunda, que ha propiciado que el Deportivo firme el título de campeón de invierno más barato con este formato, le ha dado vida a un Zaragoza triste y sin fútbol en gran parte de la primera vuelta, pero que ahora ha pasado el ecuador en su mejor momento en cuanto a sensaciones.

La victoria ante el Alcorcón devolvió la comunión con la grada tras unas relaciones difíciles con la afición por culpa de la triste imagen de los suyos. El Zaragoza, que lleva tres victorias y un empate en casa, aún tiene que mejorar más en La Romareda, de donde han volado 15 puntos. Ante el Hércules, que viene de tropezar 5-0 en el Mini Estadi, pero que ha firmado 15 puntos de 21, el triunfo también es obligado para los de Herrera, sobre todo para que no se detenga la actual progresión, el estado de confianza generado en el 2014 en un equipo que con Agapito Iglesias vive de forma permanente en la casa de los líos, pero mucho más en las últimas semanas.

La eclosión del caso Movilla, expedientado, apartado y observador de entrenamientos, el enfrentamiento del centrocampista con el club, la imputación de Moisés por fraude fiscal, la agria polémica entre el vicepresidente del Hércules, Valentín Botella, y Pitarch, que ha llevado al Consejo a no invitarle hoy al palco, las demandas de Romaric y Bienvenu, la falta de acuerdo con Lobato... Este Zaragoza no deja de moverse en un fango proceloso, por lo que nada sorprende ya a su sufrida afición. Sin embargo, en estos últimos partidos el equipo ha sabido aislarse de problemas, las demandas por impago de Movilla, José Mari y Paredes no rompieron el vestuario y Herrera tocó bien los resortes psicológicos y halló un camino futbolístico.

UN CAMBIO

De esa senda solo se apartará hoy por la lesión de Cortés. Fernández, que no juega desde Eibar, ocupará su sitio en el lateral. El resto, los mismos, en el 4-1-3-2, con Montañés y Roger arriba, que tan buen resultado ha dado. Henríquez, ya recuperado de su gripe, debe esperar turno.

El Hércules puede recuperar a Héctor Yuste, que apunta a jugar con una protección en el hombro. Es su jugador clave en la medular, aunque el equipo alicantino no tiene demasiados argumentos. Quique Hernández apostará por Eldin en la mediapunta, mientras que la referencia es para Portillo, aquel canterano del Madrid que nunca confirmó las expectativas.