El Zaragoza solventó con dignidad pero sin brillo el descafeinado duelo frente al Sporting de Lisboa por la medalla de bronce en el Teresa Herrera. En un partido casi en familia, por el desangelado aspecto de las gradas de Riazor, el conjunto aragonés fue mejor, sobre todo en la primera parte, que un flojísimo rival, inoperante en ataque y dando facilidades en defensa. Así, los tantos de Savio y de Soriano antes del descanso fueron más que suficientes para subir al podio en su primera participación en este torneo, ya que en la segunda parte el bajón zaragocista y la debilidad lisboeta propiciaron que el aburrimiento alcanzara niveles altísimos.

De salida, Víctor sólo repitió dos jugadores con respecto al once que dispuso frente al Atlético, Luis García y Villa, que jugó por las molestias de Oscar, y dispuso un equipo con evidente protagonismo de los futbolistas llamados a ser alternativas. Por ello, al Zaragoza le costó entrar en juego, pero tuvo todas las facilidades para hacerlo por parte del Sporting. Cuando se decidió a ello, sustentado en Soriano, conducido por Zapater y con las gotas de calidad de Savio y Pirri en la izquierda y la solvencia de Cuartero en la derecha, llegó el primer gol. Un medido centro de Pirri acabó en el perfecto testarazo de Soriano para inaugurar el marcador a los 20 minutos.

EL MEJOR MOMENTO Después, el equipo aragonés vivió sus mejores minutos ante un enemigo al que superó en todas sus líneas. Javi Moreno, muy desacertado toda la tarde, Villa, al que se le anuló un gol, y Zapater tuvieron la oportunidad de ampliar la renta, pero el honor recayó en Savio, que aprovechó un mal despeje de Tinga para cruzar el balón lejos del alcance de Tiago cuando la primera parte estaba a punto de llegar a su final.

Con la reconfortante renta instalada en el marcador, el Zaragoza bajó muchos enteros tras el descanso, aunque tampoco sufrió para conservar su renta. Los intentos del equipo portugués --también clasificado para la próxima Copa de la UEFA-- morían siempre demasiado lejos de la portería defendida por Luis García, que por cierto no se mostró demasiado seguro en el poco trabajo que tuvo en toda la tarde.

Víctor Muñoz aprovechó el final del choque para dar minutos a Javi Moreno, que completó todo el partido para intentar potenciar su adaptación al equipo, y para hacer un carrusel de cambios que terminó por descomponer la figura del conjunto zaragocista, que tan apenas se acercó a la meta de Tiago en la segunda mitad, salvo en un tímido disparo de Camacho.