Llegó Pichu Atienza al Zaragoza precedido por cierta capacidad para esquivar lesiones. Ni una sola relevante a lo largo de la pasada temporada, cuando jugó 38 partidos con el Numancia. Pero la maldición que persigue al club aragonés con los percances físicos durante los últimos años podría afectar también al cordobés, que hoy conocerá si la molestia en la inserción del isquio de su pierna izquierda que sintió poco antes del descanso del partido del pasado sábado en Tarragona obedece a una lesión muscular. La esperanza tanto del club como del propio jugador es que, si la resonancia magnética detecta un problema, este no sea especialmente serio, pero la amenaza de una rotura planea sobre todos.

De ser así, Víctor Fernández se quedaría sin centrales del primer equipo en plenitud. Porque hasta ahora solo Atienza estaba en esas condiciones. El resto, o está lesionado o acaba de recuperarse de una grave dolencia. En este último escenario se sitúan Grippo y Clemente, que se han integrado al grupo este verano tras superar la misma lesión: una rotura del ligamento cruzado de la rodilla que, en ambos casos, les ha mantenido alrededor de nueve meses fuera de los terrenos de juego. El canterano ya se reencontró con el balón en Boltaña pero fue en Calahorra donde disputó el primer amistoso de cierto nivel tras su larga ausencia. El suizo reapareció el sábado en Tarragona, donde disputó los primeros cuarenta y cinco minutos.

Esa prolongada ausencia, la obligación de tratar con extremo cuidado la zona dañada y la necesidad de adquirir el ritmo de competición de forma paulatina provocan que la contribución de ambos actualmente sea relativa. Además, en el caso de Clemente, la intención es que baje al filial para contar con los minutos pertinentes a pesar de que el aragonés ya es, a todos los efectos, jugador del primer equipo.

El cuarto en discordia, Guitián, será el último en hacer acto de presencia con el resto de sus compañeros. Lo hará, previsiblemente, hoy lunes, una vez recuperado de las secuelas de la operación de apendicitis a la que fue sometido el pasado mes de julio y tras haber mejorado notablemente de los problemas en el aductor y el pubis sufridos al final de la pasada campaña. El cántabro, que ha acortado los plazos inicialmente establecidos en su recuperación, siempre tuvo claro que volvería a tiempo para afrontar junto a sus compañeros la recta final de la pretemporada. Y así será, pero el defensa inicia ahora una carrera contrarreloj en busca de la mejor puesta a punto de cara al inicio de la competición liguera. Por todo ello, el club acelera en la búsqueda de un refuerzo en esta posición.

De momento, Víctor cuenta con la ayuda de Jesús Álvarez, el central del filial que es muy del agrado de la dirección deportiva y que está cumpliendo cada vez que se le requiere desde el primer equipo. Por contra, el club decidió que Verdasca no juegue los partidos amistosos para que se decida cuanto antes por alguna de las ofertas que tiene encima de la mesa.