Al menos el Extremadura no sumó en Pamplona contra el líder y no le dio más dramatismo aún al duelo para el Zaragoza, que recibe este lunes a un Nástic (21.00 horas) casi desahuciado en la tabla, ya que es penúltimo, con la obligación de sumar una victoria que le deje con siete puntos de renta con respecto a la línea de salvación que marcan los extremeños. Tras un paupérrimo partido en Mallorca y con cuatro derrotas en los cinco últimos duelos, el equipo de Víctor se reencuentra con su gente con la prohibición absoluta de tropezar y con la inexcusable obligación de sumar los tres puntos ante el peor visitante de Segunda.

Es cierto que el Zaragoza, aun en caso de derrota, se acostaría con la misma renta de cuatro puntos que posee ahora con respecto a la tragedia del descenso y que todavía tiene pendiente de sumar el triunfo ante el Reus el 21 de abril que ya contabiliza el Extremadura. Sin embargo, alargar el mal momento, la caída del equipo y estar a expensas de los rivañes que es verdad que no ganan casi nunca, aunque esta jornada lo ha hecho el Córdoba, supondrían demasiados elementos en una coctelera de problemas ya muy llena.

Cuanto antes se alcance la tranquilidad clasificatoria, mucho mejor y esta pasa por ganar este lunes, superar también en casa al Alcorcón dentro de dos semanas y contabilizar el botín con el Reus, lo que ya dejaría al Zaragoza con 43 puntos, sin contar que pudiera lograr algo también en Cádiz dentro de siete días. Es decir, visto lo poco que suman los equipos que están en descenso, una permanencia casi virtual. Al Zaragoza le restan 10 jornadas y ese duelo ya cerrado con el Reus.

Llega al tramo final de una temporada dura con la sensación de que ha entrado en una caída en juego y resultados tras la vital reacción que hubo con la llegada de Víctor al banquillo, un despegue que evitó muchos más sufrimientos, aunque no los ha eliminado del todo. Aún quedan algunos para castigo de una afición que es de largo la mejor noticia de la temporada. Al final del partido en Mallorca los zaragocistas que había en Son Moix reprocharon el flojo encuentro a los suyos, aunque el ejercicio de responsabilidad y de fe que lleva el zaragocismo en la historia reciente y en esta temporada en particular permite asegurar que el aliento y el apoyo de La Romareda serán absolutos.

Ya es hora de que el equipo le corresponda y mejor que no tiente más a la suerte con otro tropiezo, que, queda dicho, tiene del todo prohibido. Víctor se presenta al partido con las bajas por lesión de Dorado, Benito y Papu, por fin regresado de Georgia, además de Nieto, sancionado. Tras el desastre en Mallorca se dibujan cambios. Algunos son obligados, como las entradas de Verdasca y Lasure en el eje y en el lateral izquierdo, y otros para intentar dar más mordiente al ataque, ya que en Son Moix el Zaragoza apenas llegó. Soro, inexplicable suplente en Mallorca, apunta a recuperar el sitio en lugar del irregular Pombo, mientras que Álvaro Vázquez, que ya tuvo minutos ese día, entraría en el once cayendo a banda izquierda para que la continuidad de Linares cerrara ese tridente en ataque. En la medular, James y Eguaras son fijos y quizá sea el turno para Guti para dar más frescura y despliegue. El canterano compite por un puesto con Pep Biel y Javi Ros, pero parece tener ventaja.

UN NÁSTIC HUNDIDO

Está muy cerca del descenso el rival y, después de dos temporadas seguidas coqueteando con él, parece que a la tercera no se va a librar. La revolución de invierno comandada por Antonio Prieto, de mal recuerdo por su paso en La Romareda, no ha surtido efecto y Enrique Martín no ha conseguido que el conjunto catalán levantara el vuelo. De hecho, esta semana el técnico estuvo al borde del cese. Llega el Nástic dispuesto a apurar sus últimas opciones, parapetado en un sistema con tres centrales y seguro que dará la iniciativa al Zaragoza, que no puede permitirse que un rival tan en las últimas pueda soñar con resucitar con un triunfo en La Romareda. Abraham, titular, y Uche, suplente, tienen pasado zaragocista en un enemigo que solo ha logrado 6 puntos y una victoria en 16 partidos fuera de casa.