No es solo que el proyecto del Real Zaragoza 19-20 haya echado a andar ya, es que lo ha hecho a toda marcha y con una velocidad casi inusual para la costumbre que había en el equipo aragonés. Gran parte del trabajo en cuanto a la planificación deportiva está adelantado y Víctor Fernández ya dispone de la gran mayoría de la plantilla con la que tratará de asaltar la Primera División en el séptimo intento. La rápida actuación en el mercado le tiene contento y satisfecho, como se pudo palpar el pasado viernes en sus primeras palabras del curso.

En cuanto al número de caras nuevas y las asignaturas pendientes, la diferencia no es abismal con respecto a lo que tenía Imanol Idiakez cuando arrancó la última pretemporada, pero sí que las perspectivas y expectativas son diferentes, un aire diferente y más optimista. Se ha juntado que el Zaragoza se ha movido rápido en el mercado, que fijó unos objetivos y perfiles de fichajes claros y ha ido a por ellos sin esperar a competir con equipos más potentes conómicamente y que las lesiones no están afectando tanto como el curso pasado. El resultado es que a Boltaña irá Víctor Fernández con dos fichajes pendientes y que no se van a demorar mucho en el tiempo, con tres salidas por concretar y con dos lesionados que en agosto estarán sin problemas con el resto si nada se tuerce. No suena mal.

El Zaragoza ha incorporado a Pichu Atienza, Vigaray, Bikoro, Álex Blanco y Luis Suárez y restan, en palabras de Lalo Arantegui y Víctor Fernández, un delantero centro más y un centrocampista de corte defensivo que pueda actuar como central. El director deportivo resaltó el pasado lunes en la presentación de Atienza que ambas incorporaciones no se van a demorar mucho en el tiempo, alrededor de dos semanas. «Hay otros dos jugadores que no dependen de nosotros, pero es posible que la semana que viene estén cerrados. El delantero no sé si dará tiempo para Boltaña, pero va a venir más pronto que tarde», aseguró. Es decir, que si el plan de Lalo no varía, en próximas fechas quedará cerrada la plantilla en cuanto a las llegadas a falta de «una ventana abierta» por si hubiera alguna sorpresa u oportunidad al final del mercado, cuando se mueven más las piezas, como anunció Víctor.

Contrasta con lo que sucedió el pasado curso. Llegaron Diego Aguirre, James, Jeison Medina y Pep Biel, que subía del Deportivo Aragón. Del filial trabajaron en Boltaña ocho futbolistas con el primer equipo y finalmente se quedaron Soro y Nieto. Eso sí, faltaban un central zurdo (Álex Muñoz, que llegó a finales de julio) y los dos delanteros de referencia (Marc Gual a mediados de agosto y Álvaro Vázquez con la Liga ya empezada), lo cual trastocó el trabajo en verano. En cuanto a las salidas, ahora quedan pendientes las del propio Álex Muñoz, Verdasca y Pombo, más que el curso pasado, ya que solo restaban por marcharse Alfaro y Raí.

Caótica fue la situación con las lesiones. Eguaras y Guti no tenían perspectivas de volver pronto por sus pubalgias, lo mismo que Toqueron con la rodilla; mientras que Papu y Zapater tenían sendas roturas musculares. Ahora, el capitán no tardará en reincorporarse y Guitián, que tuvo que ser operado de apendicitis, regresará en unas tres semanas. Si no hay una plaga de percances, el horizonte se ve cristalino.