—¿Cómo está viviendo esta vuelta a la actividad tan atípica?

—Es diferente, primero individual y ahora en grupos pequeños. Puedes ver a tus compañeros, que ya es algo que alegra mucho después de estar en casa y tener que entrenar por tu cuenta. Solo estar en la Ciudad Deportiva nos hace felices a todos.

—¿Cómo llevó el confinamiento en casa?

—Se hizo más llevadero con Álex Blanco, porque me fui a su casa. Vivo en el centro y no tenía una terraza tan grande como la suya y podíamos entrenar mejor y también tener cerca zonas para correr cuando al final podíamos hacerlo. Lo he llevado bien,

—¿Llegó a pensar que no se volvería a jugar?

—Con la gravedad de la situación por el coronavirus se te pasan por la cabeza todo tipo de cosas. Confiábamos en volver, en que la situación mejorase lo más rápido posible, pero hubo momentos, como cuando Francia decidió no jugar, que es inevitable pensar que aquí iba a pasar igual, mirando por la salud de los jugadores. Pero la verdad es que estamos muy controlados, tomamos todas las medidas y para nosotros lo mejor es volver a jugar.

—También se trata de dar pasos hacia esa nueva normalidad y recuperar el fútbol es uno de ellos. ¿Está de acuerdo?

—Para mí está muy claro. El fútbol es una parte de esa vida que teníamos y tratar de recuperar esas cosas es algo muy importante. Ejercer nuestro trabajo de futbolistas ya es volver a la normalidad para nosotros y por qué no volver hacerlo teniendo esa seguridad ante todo. El drama que hemos vivido como sociedad ha sido muy difícil, pero todos queremos intentar que, cuanto antes, las cosas vuelvan a ser como eran. Dar pasos poco a poco y con seguridad, pero darlos.

—Tebas asegura que la posibilidad de contagios en el fútbol profesional es casi nula. ¿Tiene usted miedo al contagio?

—Hay, sin duda, unas medidas muy estrictas y es muy difícil contagiarnos cuando estamos tan controlados y con ese protocolo. En mi caso no he tenido miedo porque al final vivo solo, mi familia está en Barcelona y no tengo ese temor de pasárselo a ellos y con Álex, que también se somete a los mismos controles, tenía la seguridad de que cumpliendo a rajatabla la cuarentena no habría ningún problema.

—El que se sometan a test semanales y antes de los partidos también habla muy bien de la organización de LaLiga.

—Como cualquier empresa, quiere tener a sus empleados con esa seguridad. Es por el bien de todos y esos test nos ayudan a sentirnos mejor, siendo conscientes de que no vas a poder contagiar a nadie. Cumplir con este proceso es muy beneficioso para todos.

—¿Qué opina de las concentraciones antes del inicio de la Liga y durante las 11 jornadas que restan? Por ahora se han retrasado, pero está claro que se harán.

—Los compañeros que viven con su familia, con su pareja y sus hijos, quieren estar con ellos y lo entiendo perfectamente. Pero yo estoy solo. No tendría problemas en concentrarme una semana antes del inicio o más días antes de los partidos, aunque tampoco como querían durante toda la competición, hasta que acabe. No soy partidario de eso, aunque tengo claro que LaLiga lo que quiere es que estemos seguros.

—¿Qué le pareció la Bundesliga? Sin público y con las medidas de seguridad tan estrictas.

—Vi casi todos los partidos del fin de semana. Es diferente, sin duda. Lo más relevante es jugar sin público. Sin embargo, creo que hay que estar capacitados para jugar en cualquier situación. Muchas veces decimos que lo que pasa fuera del césped no importa y es el momento de demostrarlo.

—Una victoria en casa en nueve partidos en la jornada de la Bundesliga. El factor campo parece que se pierde. ¿Eso les perjudica mucho en La Romareda?

—Jugar en tu campo deja de ser tan decisivo. En los estadios con más gente te beneficia ese apoyo, el empuje de los tuyos, aunque también notas esa presión en contra al jugar fuera, por mucho que la afluencia en otros campos sea menor que en La Romareda. Puede ser que nos penalice más que a otros rivales, porque aquí la afición aprieta mucho y se nota en nuestra motivación, pero tenemos que aislarnos de todo eso. Es la realidad que nos toca. Ese ascenso a Primera tiene que llegar sin el público y no tenemos que depender de que esté la afición para estar motivados al máximo. No podemos permitir que nos perjudique que no estén.

—Mascarillas en los banquillos, salidas al campo sin saludos entre rivales, celebraciones sin abrazos, pero después el contacto en cada córner o falta es inevitable. Parece paradójico.

—Contacto en este deporte va a haber siempre. Se pierde el fútbol, su esencia, si no lo hay. El chocar y el competir por los balones van a estar sí o sí. El tema de las celebraciones es por enviar el mensaje, el ejemplo, de que no tenemos que juntarnos, de evitarlo en lo posible. Te ve mucha gente por la televisión y es importante dar ese ejemplo.

—Hubo ocho lesionados en una jornada en Alemania. ¿Es un aviso de lo que puede suceder aquí?

—Yo, de hecho, tengo más temor a que llegue algún tipo de lesión que a contagiarme por coronavirus por el tiempo que estuvimos confinados y solo entrenando en nuestras casas. Es verdad que estamos haciendo un buen trabajo y que realizamos prevención, aunque creo que habrá lesiones igual, pero esperemos que sean del menor grado posible.

—El Zaragoza llegó al parón por la pandemia como el mejor equipo del 2020. ¿Pensaba en ese momento que subían seguro?

—Tenía la sensación de que estábamos muy bien, en un momento muy bueno y a un nivel alto. Eso estaba claro, pero nos quedaban once partidos y ante equipos difíciles. Hasta que no haces el trabajo no puedes pensar que está todo hecho, pero es indiscutible que íbamos hacia arriba y con confianza y fútbol, acercándonos a esa meta. De todas formas, también pienso que lo vivido nos va a hacer más fuertes y que vamos a seguir al mismo nivel en el que nos fuimos.

—Es decir, que cree que el parón no les perjudica más.

—Nos perjudica a todos de la misma manera, hemos estado todos confinados, todos empezamos a la vez… La racha que llevábamos antes de parar sigue ahí, la dinámica continúa siendo muy positiva. Ese estímulo se mantiene y nuestra confianza en volver bien es absoluta.

—¿Cómo se enfocan estos 11 partidos? ¿Es una Liga nueva?

—Como 11 finales porque son las que nos pueden dar el retorno a Primera, algo que el club y su afición llevan esperando y deseando mucho tiempo. Debemos focalizarnos en el primer partido y ganarlo y después en el siguiente y así sucesivamente. No hay más.

—Que la juventud predomine en el equipo, ¿puede ser una ventaja? En teoría los picos de forma se alcanzan antes...

—Al ser más joven hay esa frescura, eso está claro, pero también van a ser partidos de tener mucha cabeza, de saber cómo llevarlos y ahí la veteranía supone más experiencia. Al final los jugadores de alto nivel están preparados para competir al máximo y no creo que haya una ventaja en ese punto.

—Llegó muy bien al parón a nivel personal, era fijo para Víctor, con cuatro goles y cuatro asistencias en competición oficial y siendo clave en ataque. ¿Aspira a seguir así?

—De momento, me encuentro muy bien en estos primeros entrenamientos y eso ya es muy importante para mí, porque he trabajado muy duro en el confinamiento. Quiero seguir al nivel en el que estaba antes y, si es mayor, pues mucho mejor.

—¿Se imagina marcando el gol del ascenso?

—Me imagino ascendiendo, sea de la manera que sea. Claro que me gustaría marcar ese gol tan histórico, pero no me centro en eso sino en que el equipo suba.

—En ese gol sí que se abrazarían, ¿no?

—Bueno, tendremos que respetar igualmente las medidas que haya, porque habrá que seguir siendo conscientes de la gravedad. A ver si para entonces sí se puede hacer ese contacto físico. Si es posible, bien y, si no, pues lo celebraremos en el campo a distancia, aunque eso no quitará para que la alegría sea enorme.

—¿Le ha dicho algo el Espanyol de la prórroga de su cesión hasta que acabe la temporada?

—No, ni tampoco el Zaragoza, imagino que todos los jugadores cedidos podremos acabar sin problema la Liga y supongo que es lo que todos queremos, pero no hemos hablado nada.

—Y después de acabar la cesión sin opción de compra, ¿por dónde pasa su futuro?

—Lo primero es terminar la temporada en el Zaragoza y hacerlo de la mejor forma posible. Tengo que volver en verano al Espanyol y a partir de ahí ya veremos.

—El Espanyol cuenta con usted.

—No nos hemos sentado a hablar de eso, pero sé que están muy contentos con mi progresión y yo tengo dos años de contrato más.

—¿El Zaragoza le ha dicho si le gustaría que siguiera o cierra la puerta por verlo imposible?

—Yo nunca cierro la puerta a nada, nunca digo que es imposible o que me niegue a algo. Sé que aquí están contentos conmigo y querrían que me quedara, pero todos sabemos que es muy difícil que pueda seguir. Ya veremos qué pasa, ahora mismo no es lo que más me preocupa.

—¿El futuro de Puado pasa por Primera? La Real Sociedad por ejemplo también está muy pendiente de usted.

—A mí me gustaría jugar en Primera, porque yo salgo del Espanyol al Zaragoza con el objetivo de regresar allí y estar en la élite, porque es donde tengo dos años de contrato. Quiero jugar en Primera, aunque si tengo que jugar en Segunda lo haré.

—Y si el Espanyol baja y el Zaragoza sube. ¿Sería más fácil su continuidad aquí?

—No lo sé. Yo estoy centrado en que el Zaragoza suba, aunque también vivo pendiente del Espanyol. Quiero con toda mi alma que se salve, porque merece estar en Primera, es una entidad que trabaja muy bien y que tiene muy buenos jugadores y no se merecería bajar.

—Si, como parece, no sigue la próxima temporada en el Zaragoza, ¿qué habrá supuesto su año de cesión aquí?

—Ha sido el cambio de salir de mi casa y crecer como persona y como futbolista. He madurado y he progresado mucho. Esta etapa me está viniendo muy bien, para el que no tenga minutos en su club es muy recomendable salir en busca de ellos, porque si te sale bien es muy beneficioso. Es lo que yo he vivido y por eso estoy muy contento de haber venido aquí y espero que la afición también lo esté conmigo.