No ocultó Javi Puado su deseo al aceptar la oferta del cesión sin opción de compra hasta junio del Zaragoza. Ni él, ni su familia, sus padres, que asistieron a su puesta de largo en el club aragonés, ni sus agentes, lo ocultan. A sus 21 años, el ariete necesita minutos, sentirse importante. “Un jugador lo que quiere es tener minutos y disfrutar del fútbol y en el Espanyol no lo hacía. En el Zaragoza espero poder hacerlo. Depende de mí y con la confianza que me transmitió Víctor desde el primer día cuando me llamó y con las ganas que tenía el club, que me mostraba Lalo, todo eso es lo que me decantado para venir”, indicó en su presentación.

Poco más de una treintena de aficionados le esperaban en La Romareda y Puado pasó el protocolo con la seguridad del que llega a un “club histórico, con muchos años en Primera, aunque esté ahora en Segunda. Sé que la afición es exigente porque nosotros tenemos que estar arriba y esperemos que este año consigamos el objetivo”, aseguró, sabiendo que esa presión, que la necesidad de devolver al Zaragoza a Primera le puede venir bien a él como jugador, que pasa un examen en esta cesión: “Esa exigencia te hace crecer como futbolista, ganar en experiencia y madurar. La presión que haya de fuera nos tiene que venir bien para afrontar los partidos y devolverla con la máxima confianza y con los tres puntos cada semana”.

Varias opciones en enero

Puado, que tenía opciones para salir cedido en enero al Tenerife, a la UD Las Palmas o al Extremadura, es un atacante polivalente que puede jugar por detrás de una referencia o por cualquiera de las dos bandas, con preferencia por la izquierda, para entrar hacia dentro. “Suelo jugar de mediapunta o de extremo izquierdo, pero puedo hacerlo en todas las posiciones de la delantera. Me siento más cómodo acompañando a un delantero, pero jugaré donde decida el míster”, aseguró el futbolista, que jugó en 15 partidos de Liga con el Espanyol el curso pasado y en otros 5 de Copa, anotando un gol en el torneo copero, mientras que esta temporada solo disputó tres encuentros en la previa de la Europa League. “Lo que el delantero busca es hacer los más goles posibles. Voy a tener que trabajar mucho para que lleguen. Normalmente he hecho goles, tanto en categorías inferiores como en el filial, espero que mis goles sirvan para que el equipo tire para arriba”, añadió Puado, que en su mejor año con el filial espanyolista anotó 12 goles en 35 partidos en Tercera en la 17-18 y fue clave en el ascenso a Segunda B.

El ariete admitió que habló con sus excompañeros Sergio García, Borja Iglesias y Álvaro Vázquez, que pasaron por el Zaragoza, y “me han hablado de la ciudad y del club. Todo fueron palabras muy buenas que me han hecho también venir. Ellos tienen un recuerdo muy bueno de aquí”, además de hacerlo antes de venir con el propio Víctor, que en la sesión de esta mañana “me ha dado ánimos y me ha dicho que esté tranquilo y que aporte lo que sé”, aseveró, para concluir dejando claro cuál es el objetivo del equipo: “Intentaré aportar mi granito de arena para ayudar a ir para arriba al equipo y conseguir el objetivo que es claro, que el Zaragoza vuelva donde debe estar siempre”.