Han pasado ocho meses ya desde que se iniciaron las conversaciones, pero la renovación de Pombo por el Real Zaragoza sigue estancada. La distancia económica entre lo que el club ofrece y lo que demanda el jugador es todavía demasiado amplia como para advertir un acuerdo inminente. Desde luego, no lo hay en la actualidad, y el canterano sigue lejos de estampar su rúbrica en un nuevo vínculo contractual con la entidad.

La situación, en todo caso, no es irreversible. De hecho, ambas partes aseguran que las negociaciones ni están rotas ni paralizadas, pero el Real Zaragoza considera que las exigencias económicas que solicita el futbolista son imposibles de asumir y que, incluso, están fuera de mercado.

Pero la oferta continúa encima de la mesa. El club propone una extensión de su contrato de un año o dos más a razón de alrededor de 150.000 euros por temporada, una cantidad que prácticamente duplica los 85.000 que Pombo percibe actualmente. Considera que la propuesta es muy buena y que va en consonancia con la aportación del zaragozano y la relevancia que ha adquirido en el equipo. El jugador mejor pagado de la plantilla es Álvaro Váquez, por el que el Zaragoza paga 400.000 de los 1,3 millones de euros de su ficha. El resto lo asume el Espanyol, el club que posee los derechos del delantero, cedido al Zaragoza el pasado verano.

Sin embargo, Pombo, que asegura que su deseo es seguir muchos años en el Zaragoza, no acepta, de momento, esas condiciones que la entidad considera tan favorables. El jugador, por el que ya se habrían interesado equipos de Primera División como Getafe o Levante, cree que ha hecho merecimientos para un mejor salario, algo que tendría asegurado en caso de que alguno de esos clubs de Primera se decidiera a realizar una oferta por hacerse con el futbolista.

Pero el club tiene claro que la oferta, que incluye una cláusula de rescisión de 10 millones de euros, es inamovible y que si Pombo, que se encontraría en pleno proceso de cambio de representante, quiere seguir en el Zaragoza deberá rebajar sus pretensiones. El pulso está servido.

La relación, en todo caso, no es la misma desde que, después de la derrota ante el Cádiz en La Romareda, el jugador reprochó, en los aledaños del estadio, la actitud de alguno de sus compañeros ante varios aficionados. Todo se enfrió desde entonces y, de hecho, Lalo Arantegui, director deportivo del Real Zaragoza, llegó a afirmar, respecto a su renovación, que «llevamos seis meses negociando y el club tiene unas limitaciones que hay que respetar. El que quiera estar, estará y el que no, no estará». Desde entonces, las conversaciones apenas han avanzado y, aunque el propio Lalo aseguró a finales de enero que esperaba un desenlace favorable para este mes, el acuerdo todavía parece lejano.

Además, el rendimiento deportivo de Pombo, autor de tres goles en Liga y uno en Copa hasta ahora, ha sufrido un bajón en las últimas semanas. De hecho, Víctor Fernández, que había otorgado la titularidad siempre al canterano desde que llegó, lo dejó en el banquillo el sábado en Pamplona. Salió al campo a falta de quince minutos para la conclusión y no pudo evitar la derrota. En todo caso, el club confía en que Pombo haga autocrítica y mejore sus prestaciones de aquí al final de la temporada y en que Víctor recupere la mejor versión del mediapunta, con contrato hasta el 2020 y una cláusula de rescisión de 6 millones de euros.

Pombo, con 25 años recién cumplidos, es el jugador de campo del Real Zaragoza que más minutos ha disputado esta temporada (2.101) y ha sido titular en 24 de las 27 jornadas. Solo fue suplente en La Romareda ante el Córdoba (0-0) y en Riazor frente al Deportivo (3-1), ambos con Lucas Alcaraz en el banquillo, además del pasado sábado, cuando Víctor lo relegó a la suplencia ante Osasuna, había formado parte del once inicial durante ocho jornadas consecutivas.