Un futbolista diferente, de calidad, especial para las defensas que había en la época cuando aterrizó en el Zaragoza de la mano de Manolo Villanova, entonces director deportivo, y de Boskov, su entrenador, y un técnico con personalidad, obsesivo en el trabajo y con una gran capacidad táctica. El propio Villanova, Irazusta, su mejor amigo en el vestuario zaragocista, Pablo Alfaro y Villarroya, a los que impulsó en su carrera, y José Ángel Zalba, su expresidente en el club, dibujan para este diario la radiografía zaragocista del serbio Radomir Antic, 'Rado', que falleció el lunes en Madrid a los 71 años por una pancreatitis.

Villanova: "Un jugador de una calidad fuera de lo normal"

El primero que lo conoció fue Manolo Villanova, artífice de su fichaje junto a Boskov en el verano del 1978 y para un recién ascendido Zaragoza: “Nos fuimos con la plantilla a Pirot, a Yugoslavia, Boskov sabía de fútbol como nadie y estábamos hablando de fichar a Hatunic, que él me decía que por donde pisaba no crecía la hierba. Estábamos comiendo y apareció un matrimonio con dos hijos. Boskov los saludó y me dijo si podían comer con nosotros. Era Antic y Vujadin me comentó que él podía ser el central. ‘Lo he visto jugar con Yugoslavia ante España hace poco y lo hacía de interior izquierdo’, le respondí”, relata Villanova. Antic había sido campeón de Liga con el Fenerbahce, pero el Zaragoza organizó un partido ante el Pirot y quedaron en que jugaría medio tiempo. “Empezó a jugar, qué desplazamiento de balón, la jugaba con las dos piernas, iba bien al cruce… Le dije a Vujadin que lo quitara ya que lo fichábamos. No hicimos el contrato en una hoja de papel cualquiera como él siempre decía, sino en una hoja de un bloc mío tras hablar yo con el club”, añade.

Aquel Antic que llega al Zaragoza para liderar como líbero la zaga “era un jugador de una calidad fuera de lo normal, muy completo pero sobre todo muy técnico. Podía jugar y hacerlo bien en casi cualquier posición del campo. Era además una persona muy asequible, se llevaba bien con todo el vestuario y con todos, no iba de divo”, explica Villanova, reconociendo que ya sabía en los últimos tiempos de su enfermedad porque mantenía una buena relación con él. “Cada vez que venía a Zaragoza me llamaba. Ha sido un golpe muy duro su muerte”.

Irazusta: "'Rado' es mi amigo, mi hermano"

El exguardameta Juan Luis Irazusta no puede evitar las lágrimas al hablar de 'Rado'. Eran íntimos en ese vestuario y la relación se mantuvo. “Es mi amigo, mi hermano”, habla el exportero, manteniendo el presente de forma intencionada en su verbo: “Sabía que estaba muy enfermo, pero pensaba que lo iba a poder superar, era un deportista y tenía una fortaleza tremenda, pero ha tenido mala suerte con el momento que estamos viviendo en España y en todo el mundo”, reflexiona, recordando a Vera, su mujer, “el 80% de 'Rado', su soporte vital, sabía tanto de fútbol como él y pienso mucho en sus hijos, en Ana y en Dusan”.

Irazusta recuerda al Antic jugador asegurando que marcó un antes y un después como líbero en el Zaragoza y en el fútbol español. “Cuando vino a España no había jugadores de sus condiciones jugando en defensa, con su estilismo, su toque de pelota y su capacidad técnica. Era más un mediocampista que un defensa, pero en el Zaragoza y en el fútbol español nos cambió la forma de jugar. Para mí, que jugaba muy adelantado, fue fundamental”, sentencia.

Zalba: "Tuvimos discrepancias en una relación justa de entrenador y presidente"

Tras marcharse después de dos años y 58 partidos oficiales Antic acabó su carrera como jugador en el Luton Town inglés. Después de debutar en los banquillos en el Partizan y ganar dos Ligas allí, lo reclutó Paco Santamaría, entonces mánager deportivo, para el Zaragoza con Miguel Beltrán como presidente, aunque a los tres meses fue José Ángel Zalba el que asumió ese puesto. “Tuvimos una relación justa de entrenador y presidente. Hizo un buen papel, con una clasificación para la UEFA, y tuvimos nuestras discrepancias, las habituales en estos casos. Tenía un carácter muy reservado, muy introvertido y los aragoneses somos más directos, más burros”, narra Zalba. El Zaragoza, antes de que acabara la segunda temporada, decidió que no iba a continuar después de que renovara por un año al término de su primera campaña en el banquillo de La Romareda. “No siguió porque tenía algunas diferencias con varios futbolistas y se hizo complicada su continuidad. Le ocurrió también en el Madrid, por ejemplo”, matiza el expresidente zaragocista, que reconoce que su fallecimiento “ha sido una sorpresa muy triste, lo siento muchísimo”.

Villarroya: "Siempre lo voy a tener en mi corazón, me estrujó al máximo"

En aquel vestuario zaragocista había jugadores de la experiencia de Chilavert, Señor o Fraile, otros que se hicieron héroes en París, como Belsué, Cedrún, Pardeza o Higuera, y futbolistas recién llegados y desde la cantera, como Javier Villarroya. “Ha sido un golpe tremendamente doloroso. Fue muy importante en mi trayectoria, había debutado con Manolo Villanova pero él llegó al año siguiente y para mí fue un salvador. Siempre lo voy a tener en mi corazón, me enseñó no solo a ser futbolista, también las perspectivas de la vida, la humildad, el sacrificio por los demás…”,afirma el exinternacional, al que esos años con Antic, donde fue fijo, le sirvieron para firmar por el Madrid en 1990, cuando también se fue el serbio de La Romareda. “Me estrujó al máximo, a mí y al equipo, nos hacía entrenar como burros, pensabas en que era muy duro y estricto pero después te dabas cuenta de que eso llevaba a lograr las metas”.

Para Villarroya, Antic “vivía por y para el fútbol, llegaba dos horas antes y veía muchos vídeos. A mí me daba otros para que mejorara y puliera aspectos técnicos y tácticos. No dejaba nada al azar, me enseñó mucho”, rememora, destacando la quinta plaza y la clasificación europea en la primera temporada y la novena en la siguiente y en “un Zaragoza con muchos canteranos. Lo volví a tener en el Madrid y lo cesaron siendo líder, lo nunca visto, con una jugada que le hicieron entre el presidente Mendoza y Beenhakker”,

Pablo Alfaro: "Mi agradecimiento hacia él será eterno"

No menos importante fue en la carrera de Pablo Alfaro, porque “convirtió a aquel chico de Zaragoza que quería ser futbolista en un jugador, me dio la oportunidad de dar el salto y el agradecimiento hacia él será eterno. Es que debuté en el primer equipo y jugué 37 partidos de 38 de aquella Liga”, recuerda el excentral, que llegó desde el Aragón para hacerse indiscutible en la 89-90 con Antic. “Y después, en 1996 me llevó al Atlético, una temporada, tras lograr el doblete y jugamos la que fue la última Copa de Europa antes de llamarse Champions”, añade.

En el equipo rojiblanco jugó menos el ahora técnico del Ibiza. Pero en aquel Zaragoza era casi insustituible para el serbio. “El equipo se había clasificado para la UEFA y me tocó estar en un vestuario complejo, con gente con una personalidad muy marcada como Chilavert, Fraile, Señor… No era el grupo más unido que había”, indica, dejando entrever las dificultades que tuvo con aquel vestuario y que antes explicaba Zalba. “'Rado' tenía mucha personalidad y aquel Zaragoza jugaba muy bien al fútbol y además con los jóvenes tenía un trato muy especial. Nos llamaba a cuatro o cinco los jueves por la mañana a entrenar solos con él y ese día hacíamos doble sesión. Nos enseñaba el oficio, en mi caso el de central”, concluye Alfaro, recalcando que Radomir entrenó después a los tres grandes del fútbol español (Madrid, Barcelona y Atlético), algo que nadie más ha logrado. Pero su primera casa fue el Zaragoza, donde su legado es inolvidable.