El Real Zaragoza buscó la victoria con el balón, con la posesión fluida y casi siempre bajo la batuta de Barkero en su mejor encuentro. Insistió en una primera parte en la que chocó frontalmente con las grandes intervenciones del portero Falcón y no dejó de hacerlo en la segunda, con menos ideas y contra una defensa intachable. El punto sabe a poco porque su apuesta ofensiva fue sincera, pero por el camino sembró una imagen competitiva de altura en comparación con una primera vuelta flácida.

Las asociaciones y el control del pase, como ya ocurriera frente al Alcorcón con mejor suerte rematadora, le dieron al Real Zaragoza empaque de equipo superior, apto para ganar a cualquiera. Hizo méritos suficientes esta tarde en un partido más cuesta abajo en el primer periodo, cuando la bombona de oxígeno marca completo. Barkero jugó en libertad, sin ninguno compromiso posicional, y le puso velas y viento a la mayoría de sus compañeros. Una y otra vez, Falcón se negó a que marcaran Roger, Álvaro, Rico, Montañés, Acevedo y Roger. El guardameta contra el laboratorio de Barkero...

El Hércules vino a La Romareda, feliz pese a todo, sin grandes pretensiones. Lo hizo saber desde el principio con Sissoko como ancla en el centro del campo y Sardinero y Portillo para hacer la piraña en algún contragolpe. Ambos tuvieron el gol, pero Leo Franco se mantuvo muy despierto con la mano y el pie para evitar la sorpresa. El resto de la cita, Arzo, que da mucha sensatez atrás, Álvaro y Fernández y Rico, hiperactivos y solventes por sus costados, se sobraron para que los alicantinos renunciaran a más aventuras que ese par de escaramuzas.

Acevedo soltó amarras hacia arriba y Luis García, por fin, salió de las sombras. Ambos siguieron la estela de Barkero, siempre ofreciéndose en los apoyos y simplificando el fútbol para hallar la llave que abriera de una vez la portería del Hércules. Nadie pudo hacerlo, ni Montañés, a veces más lanzado de lo que debería, ni Roger, a quien Escassi apenas dejó margen de movimientos, ni los recursos finales de Víctor y Henríquez, muy lejos de comprender el ritmo que necesitaba con ellos el encuentro en su recta final.

La segunda parte transcurrió más lejos del jardín de Falcón, con algún balón bombeado. El Real Zaragoza mantuvo el dominio pero la pelota empezó a pesarle frente a un rompeolas insuperable, un Hércules musculado que rozó la perfección del experto cerrajero. Tiró la llave frente al oleaje cada vez menos elevado del Real Zaragoza e invirtió sus fuerza en no cometer error alguno. El conjunto de Paco Herrera miraba ya al frente con el pulmón caído.

El empate, no obstante, no empaña la nueva versión del Real Zaragoza. Más firme, con mayor densidad en su juego y bien puesto. Le faltó el gol, eso sí, pero ya tiene un estilo, lo que supone una goleada a su favor en este inicio de la segunda vuelta. Ya aprendió que nadie le va a regalar nada. Ni haciéndolo bien.

0 - Real Zaragoza: Leo Franco; Fernández, Alvaro, César Arzo, Rico; Paglialunga, Acevedo, Luis García, Barkero (Víctor Rodríguez, min.69); Montañés y Roger (Henríquez, min.81).

0 - Hércules: Falcón; Juanma Ortiz, Carbonell, Escassi, Peña; Yuste, Sissoko; Ferreiro (Sugi, min.64), Sardinero (De Lucas, min.79), Assulin (Eldin, min.46); y Portillo.

Árbitro: Muñoz Mayordomo, del C. Castellano-manchego. Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Luis García, Paglialunga, Acevedo y Roger y a los visitantes Juanmna Ortiz, Sissoko, Yuste y Carbonell.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 22 de la Liga Adelante disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante unos 10.000 espectadores