De aquel imponente edificio en las afueras de Detroit ya no queda nada. Ni los rastros de la demolición. Allí, en el Palace de Auburn Hills, los Pistons vieron cómo uno de sus equipos, el de los chicos más malos de la NBA, construían su leyenda. En el pasillo que conducía desde los vestuarios hasta la cancha, los Isiah Thomas, Joe Dumars, Dennis Rodman o Billy Laimbeer siempre se cruzaban con una leyenda escrita en una de sus paredes: ‘Going to work’ (Vamos a trabajar). Así, con un arraigado, sólido y robustísimo sentido de equipo, en el que el uno vivía por el otro y el otro moría por el uno, llevaron a la franquicia de Michigan hasta la cima en una de las mejores representaciones colectivas y más recordadas de la historia del deporte profesional.

Más laxo, con algunos momentos de debilidad perfectamente resueltos por Ratón en la primera mitad, especialmente en una brillante parada a un gran cabezazo de Caye Quintana, el Real Zaragoza ofreció en Málaga su actuación más coral de la temporada. De la mano de Juan Ignacio Martínez, el artífice del cambio en las últimas seis jornadas, manifiesto y medible, el equipo aragonés fue competitivo de principio a fin, tuvo algunos pasajes de buen dominio del balón, llegó al gol y a sus alrededores con gran claridad en la primera parte y recuperó la mejor versión de varios de sus jugadores, diluidos este año: Vigaray, vertical por la banda derecha, peligrosísimo y goleador; James, autor de un tanto en llegada desde la segunda línea y con presencia en el medio o Eguaras, que manejó el partido cuando se decidió y que deleitó con un pase magistral al espacio que Narváez malgastó en la definición. El colombiano, sin embargo, volvió a ser determinante. Se movió muy bien al espacio y asistió a Igbekeme en el 0-1. Pieza capital en esta plantilla.

Con el 0-2, marcado en las cercanías del descanso, el Real Zaragoza realizó un buen trabajo de contención y manejo del resultado en la segunda mitad, también tras el zapatazo local en el 1-2. Ganó su primer partido fuera de casa con todas las de la ley, engarzó el segundo triunfo consecutivo y sacó la cabeza de los puestos de descenso, donde había empezado la jornada tiritando de miedo. Jugando en equipo, compitiendo al nivel más consistente de esta campaña, constatando la mejoría que capitanea JIM. Yendo a trabajar. Y trabajando bien.