El director deportivo del Real Zaragoza, Lalo Arantegui, recibió ayer en su despacho ubicado en la Ciudad Deportiva a Joaquim Ribeiro, representante de James Igbekeme, para abordar la situación contractual del jugador y su futuro inmediato.

El club trasladó al agente su satisfacción con el rendimiento del jugador, que ha llamado la atención de varios clubs de Primera, como Getafe, Alavés o Girona, y del extranjero. Ribeiro, que también transmitió a la entidad que el jugador se encuentra muy a gusto en el club y en la ciudad, maneja ofertas de varios equipos de la zona media de Portugal, entre ellos el Tondela, que lo quiere cedido.

Al nigeriano no le importaría renovar y, de este modo, mejorar sus condiciones contractuales actuales, pero todo apunta a que no será así y que el centrocampista podría abandonar el club este mismo verano.

El traspaso se antoja, pues, la opción más factible ahora mismo. Así lo impone la delicada situación del club, obligado a vender si no se produce una aportación económica procedente del exterior o una improbable inyección de liquidez de la Fundación Zaragoza 2032. Y, en ese escenario, la venta de James resultaría casi obligada. Aunque no a cualquier precio.

De hecho, el club ya ha desestimado la primera oferta, procedente del Toronto FC, equipo canadiense de la Major League Soccer, que ofreció entre un millón y 1,5 millones de euros. El Zaragoza rechazó la propuesta al considerarla demasiado baja, teniendo en cuenta que la cláusula de rescisión de James es de 10 millones de euros en Segunda -la más alta de la plantilla- y el doble en Primera; y tiene contrato hasta 2022.

La intención del Real Zaragoza es hacer valer el contrato de James y solo acceder a la venta en caso de que se produzca una oferta irrechazable. Para abrir la puerta, el club exigirá una cantidad muy cercana a la cláusula de rescisión, aunque sea mediante bonus.