El tercer partido en Inglaterra no será un partido cualquiera. Tras jugar ayer con el Watford y el sábado frente al Bolton, el Real Zaragoza pondrá fin a la gira contra el Chelsea en el estadio Stamford Bridge, contra un rival y en un campo con profundo significado en la historia reciente del conjunto aragonés. Será el domingo, a las tres de la tarde, en una cita cuyo trasfondo es un homenaje al italiano Gianfranco Zola, uno de los primeros fichajes de relumbrón en el que supuso el despegue de ambiciones del club londinense en la recta final de los noventa, justo después de perder ese tren que tomó el Real Zaragoza.

El 20 de abril de 1995, el equipo que por entonces dirigía Víctor Fernández llegó a Londres para defender una renta de 3-0 en el encuentro de vuelta de las semifinales de la Recopa contra el aguerrido y rocoso cuadro de Hoddle, magníficos exfutbolista y gran provocador mediático en aquella eliminatoria. A un paso de la gloria, todo parecía despejado hacia el Parque de los Príncipes, escenario de la final.

RUMBO A PARIS No fue tan fácil. La presión de la seguidores ingleses tuvo su efecto en un despeje de Juanmi que se fue dentro de su portería tras rebotar en Furlong. Ardían las gradas y el Zaragoza, desmadejado por el juego arcaico y directo del Chelsea, encontró consuelo psicológico y material en un gol de falta directa de Aragón en la segunda parte que hizo inútil dos tantos más de Sinclair y Stein. El 3-1 de los blues fue insuficiente para la remontada británica y el conjunto aragonés tomó rumbo a París, donde conquistaría el 10 de mayo el trofeo ante el Arsenal.

En el regreso a Stamford Bridge habrá algo de bruma sentimental, pero detrás de esa cortina emocional por el recuerdo de tiempos mejores resaltan dos rumbos deportivos muy diferentes. El Real Zaragoza perdió la oportunidad de crecer y se refugió en un larga glaciación de grises matices, mientras que el Chelsea sufrió una metamorfosis espectacular en la búsqueda de aventuras mayores. Ruud Gullit llegó al banquillo en 1996, y detrás de él y de forma progresiva aparecieron por el lujoso barrio de Chelsea nombres como los de Brian Laudrup, Mark Hugues, el propio Zola, Vialli, George Weah, Didier Dechamps, Toe Andre Flo, Fran Lebeouf, Marcel Desally, Albert Ferrer, Mario Stanic o el exzaragocista Gustavo Poyet. Un batallón de veteranos con suficiente fútbol como para cambiar la imagen del juego troglodita de antaño y darle otro toque más europeo . Una Supercopa de Europa, una Copa y una Recopa entraron como rayos en sus vitrinas. Pero parecía insuficiente.

MAS JOYAS La lluvia de estrellas no cesó. Todo lo contrario. Mejoró la selección y se eligieron joyas con menos tiempo e igual brillo. Juan Verón, Hernán Crespo, Adrian Mutu, Claude Makelele, Jimmy Hasselbaink, Jesper Gonkjaer, Frank Lampard... El magnate Roman Abramovich ha roto ya todos los esquemas en el Chelsea. La temporada pasada se quedó a las puertas de la Premier --fue subcampeón-- y cayó en las semifinales de la Liga de Campeones contar el Oporto, luego campeón. Ha dado rienda suelta a su generoso talonario --149,9 millones de euros-- para comprar a Cech, Tiago, Robben, Drogba, Kezman, Carvalho y Ferreira, además de a un nuevo entrenador en lugar de Ranieri, Mourinho. Stamford Bridge será otro para otro Real Zaragoza muy distinto al del 95.