El Zaragoza ni remonta ni le remontan. Levantar un marcador adverso continúa siendo una misión imposible para un equipo aragonés que, en cambio, casi siempre gana cuando es capaz de dar primero. La tónica se mantiene inalterable durante toda la temporada, marcada por la extraordinaria capacidad del Zaragoza a la hora de retener un resultado favorable, aunque completar una remontada tras encajar primero sigue siendo una de las escasas asignaturas pendientes.

El pasado sábado, el Racing volvió a poner a prueba a un Zaragoza que casi no recordaba ir perdiendo. La última vez fue en vísperas de Navidad, cuando el Huesca dio primero en El Alcoraz. Ocho partidos y más de dos meses después, el conjunto de Víctor Fernández volvía a quedar por detrás en el marcador, pero el Zaragoza tiró de casta para igualar la contienda hasta en dos ocasiones -el Racing se volvió a adelantar tras conseguir Guti poner las tablas-, dando muestras de carácter y personalidad. Pero la remontada completa sigue siendo inviable.

De hecho, de las once veces en las que el rival ha tomado ventaja, el Zaragoza apenas ha conseguido sumar cinco empates. Lo hizo en Oviedo (2-2), Almería (1-1) y Santander (2-2) y en casa frente a Málaga (2-2) y Girona (3-3). Sin embargo, no pudo sumar en Fuenlabrada (2-1), Gijón (4-0) y Huesca (2-1) y en La Romareda frente a Cádiz (0-2), Mirandés (1-2) y Albacete (0-1).

En cambio, las cosas son radicalmente distintas cuando es el Zaragoza el que da primero, algo que ha sucedido en 17 encuentros a lo largo de la campaña. De ellos, el equipo de Víctor ha logrado ganar 14 y los otros tres han acabado en empate.

Los triunfos se produjeron en casa ante Tenerife (2-0), Elche (1-0), Extremadura (3-1), Las Palmas (3-0), Racing (2-0), Sporting (2-0), Numancia (1-0) y Deportivo (3-1), mientras que también sacó adelante sus compromisos en Alcorcón (0-3), Soria (0-1), Vallecas (0-1), La Coruña (1-3), Las Palmas (0-1) y Elche (1-2). Sin embargo, se tuvo que conformar con el empate después de ir ganando en sus desplazamientos a Ponferrada (1-1), Miranda de Ebro (1-1) y Cádiz (1-1).

De este modo, el Zaragoza se convierte en un adversario invencible cuando asesta el primer golpe, mientras que su vulnerabilidad aumenta cuando es el que lo recibe. En todo caso, en Santander consiguió sumar a pesar de encajar dos tantos, algo que no sucedía desde hace cinco meses, cuando también fue capaz de empatar en dos ocasiones al Oviedo en el Tartiere. Desde entonces, recibir más de un tanto en un desplazamiento había sido sinónimo de derrota.

Por eso, el Zaragoza, a pesar de no haber sido capaz de completar una remontada, emite señales para el optimismo. El corazón del equipo aragonés, cada vez más distanciado del tercer puesto y aspirante claro al ascenso a Primera División, le permitió pasar una dura prueba en Santander, donde volvía a experimentar aquella sensación olvidada de ir perdiendo.