Los penaltis vienen siendo un problema para el Zaragoza desde hace tiempo. Como lo fue el pasado viernes, cuando Narváez malogró la oportunidad de firmar la tercera victoria consecutiva y, de ese modo, ampliar la renta con el descenso. Su fallo en Sabadell, el primero del curso tras dos aciertos anteriores. hurga en la herida de un equipo que en las últimas temporadas ha carecido de un consumado especialista en esta disciplina más allá de Javi Ros, encargado de asumir los lanzamientos en las dos últimas campañas. Siete consecutivos anotó el tudelano pero falló el más importante, ante el Elche en el ‘playoff’.

Pero Ros no era titular indiscutible en el Zaragoza, lo que, habitualmente, obligaba la pasada campaña a buscar otro lanzador. Y ahí venía un problema serio para un equipo perseguido por su falta de especialistas. Luis Suárez empezó bien, pero acumuló errores luego. También fallaron Eguaras o Burgui.

Ahora, el error de Narváez supone que, entre esta campaña y la pasada, el Zaragoza haya desperdiciado 8 de los 19 penaltis que ha lanzado, lo que expone que el equipo aragonés falla el 42% de las penas máximas de que dispone. Es decir, ni siquiera marca seis de cada diez que lanza. Un raquítico porcentaje de fiabilidad.