La revolución planeada por García Pitarch para enero se quedó muy a medio camino, imposibilitada por la dificultad de las salidas de Movilla, conflicto con el club incluido, Paredes y José Mari. Sin el margen económico para acometer despidos y muy vigilado por el control de la Liga y de la AFE, el Zaragoza no logró dar salida a esos tres descartes, a los que se les comunicó esa condición el 23 de diciembre y sí a Lucas Porcar, que ayer selló su cesión al Eupen belga, y a Jorge Ortí, que se marchó al Villarreal, en lo que fue un ahorro insuficiente que impidió hacer más fichajes que el del central Arzo.

El mercado se cerró sin prisas ni negociaciones a contrarreloj como otras veces, con Pitarch saliendo del club a última hora de la tarde tras anunciar por la mañana que ya no habría más movimientos, solo una llegada y dos salidas cuando el proyecto inicial incluía cinco despedidas y tres refuerzos, con un delantero y, en menor medida, un organizador en la cesta de la compra. El problema es que ese intento de revolución, planeada en noviembre cuando el equipo tocó fondo en Jaén, supuso un conflicto abierto de Pitarch y el club con Movilla, ahora suspendido de empleo y sueldo, y las demandas por impago, ya resueltas, del Pelado, Paredes y José Mari. Es decir, demasiado ruido que por fortuna no afectó a la estabilidad del vestuario, ya que el equipo se aisló y reaccionó en enero, pero que al final no trajo resultados tangibles y sí polémica, señal clara de que la gestión de esos tres descartes no fue buena por parte de la entidad zaragocista.

LA GESTIÓN Con Movilla fue imposible el acuerdo por sus altas exigencias y por el conflicto en sí y ahora está fuera del equipo hasta el 1 de marzo. Le queda un año y medio de contrato, hasta el 2015, pero no volverá a vestir la camiseta zaragocista. Paredes ya comunicó su decisión de quedarse hace dos semanas y acaba en junio su contrato, mientras que José Mari fue ofrecido a casi toda Segunda, pero solo el Girona se interesó de verdad, aunque su ficha fue el problema. Con el agente de José Mari, el Zaragoza negoció hasta el jueves, pero sus altas pretensiones por el año y medio de contrato que le queda impidieron el acuerdo.

Abraham y Fernández, a los que sus representantes intentaron sacar en este mercado de enero por los pocos minutos que tienen, siguen en la plantilla. Ayer por cierto se vio a Herrera hablar con Fernández y a Pitarch hacerlo con Abraham, seguro que con un fin tranquilizador en ambos casos. También sigue Paglialunga, que rechazó una propuesta del Rennes. Víctor estuvo en la agenda de Betis, Valladolid y Rayo pero siempre cedido, y por Álvaro y Montañés, también claves, apenas hubo que temer, porque la estrechez económica del mercado impidió alguna oferta tentadora para el club.

Con las tres salidas frustradas de Movilla, Paredes y José Mari y con las logradas de Porcar y Ortí, Pitarch esperaba un ahorro en fichas de más de 600.000 euros, que se quedó en unos 140.000. Arzo llegó hasta el 2016, pero este primer medio año solo tiene un salario de unos 70.000 euros. El club tanteó delanteros y le ofrecieron otros imposibles de asumir. Al final se quedó sin el 9 de referencia, alto y con presencia, que buscaba. Herrera, en todo caso, ya llevaba días diciendo que con un central (Arzo) se conformaba. "No pido nada. Sé los problemas del club y si no viene nada más, no me quejaré", aseguró tras ganar en Miranda.

20 CON RICO Y TARSI La plantilla se queda ahora con 21 jugadores profesionales, pero entre ellos están Movilla, Paredes y José Mari. La idea del club y que ha mantenido también Herrera, que siempre dijo que iba a ser muy difícil que cambiara de opinión, es que no vuelvan a jugar tras las demandas por impago que interpusieron, aunque es obvio que el Jabalí y José Mari, por su manera de actuar mucho más pacífica y dialogante, tendrían alguna opción más, mínima en todo caso, que Movilla.

El Zaragoza, cuenta con Rico, titular fijo, y Tarsi como miembros habituales de la primera plantilla a todos los efectos aunque tengan ficha del filial, mientras que Diego Suárez tiene también su espacio, aunque más reducido. ¿Suficiente para el ascenso? Para el club, sí. La realidad solo la sabe el tiempo.