De entre el poderoso arsenal del Almería destacan dos armas mortíferas. Una ataca a bocajarro, a base de potencia y fortaleza aérea. La otra lo hace desde un costado de forma rápida y certera. Entre Umar Sadiq y José Corpas suman 26 tantos y una decena de asistencias. El reparto de estas es equitativo, pero no tanto el de los goles, ya que el nigeriano, una de las grandes sensaciones de la categoría acumula 15, cuatro más que el extremo. En todo caso, la pareja atacante del Almería es la segunda más letal de toda la Segunda División, solo superada por la formada por De Tomás (20) y el exzaragocista Puado (7).

Sadiq y Corpas suponen, sin duda, el gran peligro y la principal amenaza para un Zaragoza al que se le viene encima uno de los ataques más poderosos de la competición. El Almería es, con 48 dianas, el segundo equipo más goleador por detrás del Espanyol. Entre Sadiq y Corpas han marcado, pues, el 54% de todos los goles de la escuadra andaluza, también solo inferior al Espanyol en lo que a capacidad ofensiva fuera de casa se refiere ya que sus 20 tantos como visitante (los mismos que el Fuenlabrada) solo son superados por los 25 de los catalanes.

Al nigeriano, tercero en la tabla de máximos realizadores tras De Tomás y Djurdjevic, se lo rifan ya equipos de Primera. El Almería lo fichó el pasado verano procedente del Partizán, con el que logró 23 goles en 51 partidos. Lo firmó para cinco años por un montante que podría alcanzar los 10 millones en función de diversos objetivos. En el Almería se frotan las manos. El Bayern o el Sevilla ya han echado el ojo a un delantero de apenas 24 años que, sin embargo, no atraviesa por su mejor momento tras haber anotado un solo gol en los cinco últimos partidos y después de un partido muy gris ante el Rayo. El Zaragoza, en todo caso, ya le ha sufrido. De hecho, el nigeriano, de 1,92 de estatura, fue el autor del gol de la victoria del Almería en la primera vuelta.

Su más fiel aliado es Corpas, un extremo que el pasado verano estuvo muy cerca de recalar en el Real Zaragoza para, finalmente, acabar renovando con el Almería por dos temporadas más. El jienense es un claro ejemplo de explosión tardía ya que, aunque tiene 29 años, hace tres temporadas estaba en Segunda B. Tampoco atraviesa por su mejor momento, pero su verticalidad, velocidad y desborde prometen dificultades al Zaragoza.

El andaluz, que ya ha marcado esta campaña más tantos que en las dos anteriores con el Almería, es, además, un consumado asistente, lo que hace tiempo que llamó la atención del Zaragoza, cuyo anterior director deportivo, Lalo Arantegui, no pudo cumplir su deseo de reforzar la banda derecha con Corpas. En su lugar llegaron Larra y Zanimacchia. Lazo, otro peligro del Almería, también había sido objeto de deseo frustrado un año antes.